"Lucia de Lammermoor", obra maestra de Donizetti, con libreto de Cammarano, basado en la novela de Walter Scott The Bride of Lammermoor y estrenada en el teatro San Carlo de Nápoles el 26 de septiembre de 1835, es una historia de amores contrariados en un contexto de conflicto de intereses marcado por la rivalidad y el odio entre las familias que desencadenará la tragedia. De "Lucia de Lammermoor" habló ayer la psicoanalista y soprano Aurora Fernández Zapico. Primera lección: "Lo que Walter Scott plantea es que la locura tiene un sentido, se puede comprender. Algo que vemos también en Cervantes, con don Quijote, al que la locura le sirve para salir de la melancolía".
Zapico inició la conferencia partiendo del inconsciente como nexo entre la ópera y el psicoanálisis. Continuó con un análisis de fragmentos de música y del libreto, y descubrió la situación de indefensión en la que se encuentran los protagonistas ante la violenta irrupción de sus conflictos inconscientes, cuyo desconocimiento acaba convirtiéndolos, involuntariamente, en colaboradores necesarios de su propia desgracia. "Es decir, en otras palabras, el desconocimiento del inconsciente se convierte así, en la moderna encarnación del destino", explicó la soprano en el Conservatorio avilesino.
Zapico habló de un inconsciente que nos lleva "a ser desconocidos de nosotros mismos" y apuntó que más que de locura se debería hablar de sufrimiento psíquico. Y defendió: "El discurso psicoanálitico sí es capaz de entender el sufrimiento psíquico, lo que pasa que el abordaje siempre tiene que ser individual". Vinculó asimismo la actualidad del Psicoanálisis como método para abordar ese sufrimiento ya que, al hacer consciente lo inconsciente, "desata los hilos" de ese destino y posibilita la elaboración de los conflictos psíquicos.
