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"Es una venganza", afirma el directivo de fútbol sala de Corvera acusado de acoso sexual

"Me demanda porque denuncié a su mujer por romperme la nariz", argumenta el hombre l La denunciante señaló a la Benemérita que no conservaba pruebas

El polideportivo de Las Vegas.

"La denuncia es totalmente falsa. Jamás le toqué el culo ni acosé a ninguna jugadora". Un directivo de un club de fútbol sala femenino de Corvera acusado por una futbolista de acoso sexual por, presuntamente, tocarle el culo, niega los hechos. Afirma, además, que este proceso es una "venganza" a consecuencia de una demanda que él interpuso contra la mujer de la denunciante por una supuesta agresión. "Ella me golpeó, me partió la nariz y ahora ambas se están intentando vengarse porque les denuncié", lamentaba ayer el hombre en declaraciones a este diario.

La versión de la denunciante es la siguiente: afirma que el directivo le mensajeaba con frecuencia y que le tocó el trasero. "Tengo mensajes y muchas pruebas que lo corroboran", aseguró la joven, mayor de edad, que sostiene que el demandado le había enviado mensajes de carácter sexual e, incluso, le había invitado a irse a vivir con él. Su pareja también corrobora estos hechos y alega que el encontronazo que acabó con la fractura de los huesos propios de la nariz del demandado fue en defensa propia. "Sólo me lo quité de encima. Él se cayó y se hizo daño al golpearse contra el suelo", afirmó a través del teléfono.

Sin embargo, el relato del demandado es diametralmente opuesto. "Nunca acosé a ninguna jugadora. Está tratando de hacerme daño con una denuncia falsa porque yo les demandé después de ser agredido", señaló el directivo del club, que confía en una rápida resolución judicial del asunto. "Sólo pido a la justicia que actúe lo antes posible. No tengo nada que esconder y estoy aquí para dar todas las pruebas que haga falta", recalcó visiblemente afectado: "Es una vergüenza que me estén haciendo esto. No hay derecho y no me lo merezco".

El cruce de denuncias comenzó el 29 de diciembre, un día después de que, supuestamente, tuviese lugar la agresión, en el contexto de una cena de equipo celebrada en un establecimiento de Los Campos (Corvera). En su comparecencia en el cuartel, el directivo declaró que discutió con una futbolista (la mujer de la posterior denunciante) después de que ésta propinase una patada al entrenador por, supuestamente, recriminarle que había mantenido relaciones sexuales con una futbolista del mismo equipo menor de edad.

Según su relato, se acercó al vehículo en el que se encontraba la presunta agresora, su pareja y la citada futbolista menor de edad para recriminarle lo sucedido. "Abrí la puerta, aparté a una de ellas y le fui a pedir explicaciones. En ese momento me propinó un fuerte puñetazo y me caí al suelo. Una vez en el suelo siguió golpeándome", relata el directivo, que presentó un parte de lesiones que acredita una fractura en los huesos propios de la nariz y dolor e inflamación en una mano. Apenas unos días después, el 8 de enero, una futbolista del equipo, pareja de la presunta agresora, se personó en el puesto de Cancienes (Corvera) de la Guardia Civil y denunció al directivo por abuso sexual. Afirmó que desde noviembre el hombre le llamaba y enviaba mensajes de Whatsapp "de manera constante" y que le invitaba a quedar con él "a solas". Que en una ocasión le llegó a "tocar el culo dándole una palmada, incluso llegando a cogerle el trasero sin su consentimiento". También que pese a esto, el hombre siguió llamándola, mandándole mensaje y esperándola a la salida de los entrenamientos. Asimismo, declaró que el demandado tenía una actitud similar con otras jugadoras menores de edad. También relató que perdió las llamadas y los mensajes por cambiar de teléfono, al contrario de lo que ayer aseguró a este periódico en conversación telefónica.

Además de por el demandado, parte de esta versión es negada por el entrenador y algunas jugadoras del equipo. Al menos en los hechos supuestamente tuvieron lugar de manera pública. "Nunca la ha esperado a la salida de los entrenamientos ni nos consta que la llamase", afirman desde el vestuario del equipo corverano, donde coinciden con su presidente en que la demanda por abuso sexual es una represalia por rencillas anteriores. Por ello, las jugadoras han pedido llevar a cabo alguna campaña de apoyo al directivo. "Nuestra intención es quedarnos quietas y no disputar el primer minuto del partido del domingo. Estamos en trámites para ver si nuestras rivales y el árbitro lo van a permitir", afirman.

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