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La parroquia de San Nicolás tendrá que aserrar el tilo que sobrevivió a la borrasca "Amelie"

El primer tilo de la campa de San Nicolás, por los suelos. RICARDO SOLÍS

En noviembre pasado, cuando la borrasca "Amelie", solo sobrevivió uno de los dos tilos octogenarios de la campa de San Nicolás de Bari. El de la izquierda cayó todo lo largo que era sobre la escalerona que da a la calle de San Francisco. No causó daños personales, pero sí conmoción entre los avilesinos: el árbol parecía que había estado siempre ahí, donde se desplomó.

El tilo que sobrevivió tiene los días contados. Dos informes coinciden en el mismo diagnóstico: sólo se puede recuperar una parte. Para evitar accidentes como el de noviembre tanto los expertos municipales como los de la parroquia (los árboles pertenecían a la iglesia) recomiendan un podaje extremo o su derribo. Esta segunda opción es la que cuenta con el beneplácito de los expertos.

"Lo que vamos a hacer es aserrarlo, vamos a dar su leña a las familias que lo necesiten. Si sólo da para un mes, pues un mes tendrán", destacó Alfonso López Menéndez, el párroco de la iglesia de la villa. "Pero esto no quedará sin árboles. Vamos a plantar dos nuevos. No hemos decidido cuáles van a ser. Lo que sí sabemos es que serán autóctonos: robles, tejos... Serán más pequeños que los actuales, pero no podemos arriesgarnos a que un mal viento vuelva a hacer el estropicio del mes de noviembre pasado", se justificó el cura. "Los árboles son necesarios en esta zona porque permiten que respiremos y porque ayudan a recordar que esta iglesia se levantó en lo que hace siglos era un monte (históricamente, el templo se llamaba, de hecho, San Francisco del Monte).

La idea de López Menéndez también se enfoca a ceder parte del tronco a los artistas que así lo sociliciten.

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