El empresario avilesino José Antonio Matilla del Rey, fallecía el pasado domingo practicando una de sus mayores aficiones: viajar. La muerte le sorprendió en Santo Domingo.
Exalumno del Carreño Miranda, Matilla era hijo del maestro de escuela en Bañugues y vivió en sus primeros años en La Maruca, en unos bloques ahora desaparecidos porque se tuvieron que derribar.
Siendo joven inició, en compañía de su hermano Agustín, el proyecto de un laboratorio farmacéutico, de nombre Prodes , que después de varios años liquidaron la participación y comenzó el negocio que le mantuvo ocupado los últimos años, Cocinas Asturcón. En la actualidad compartía la dirección de la empresa con sus hijas Mari e Inés, donde también colaboraba su esposa Mari Luz.
Matilla había superado varios episodios graves de enfermedad, pero en su entorno sorprendía con unas recuperaciones increíbles, según sus allegados, que automáticamente le llevaban a recuperar su afición por los viajes.
Sus amigos se encuentran a la espera de confirmación de la fecha de repatriación del cadáver para la celebración de la correspondiente ceremonia de despedida en Avilés.
