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El presunto violador de Llaranes eligió a su víctima por azar y no iba drogado

El juez rechaza poner en libertad al acusado, en prisión provisional - La víctima padece secuelas psicológicas tras el grave suceso

Lugar en el que tuvieron lugar los hechos.

El presunto violador de Llaranes eligió a su víctima por azar y no iba drogado en el momento de los hechos. Así lo reflejan las investigaciones del caso, que tuvo lugar en la inmediaciones del colegio Apolinar Hevia en la mañana del pasado 29 de noviembre. Además, el supuesto agresor permanecerá, por el momento, en prisión preventiva, tras no prosperar los intentos de la defensa de levantar esta medida cautelar. "Estamos muy contentas por la confirmación de su estancia en la cárcel", asegura la abogada de la víctima.

Según las primeras investigaciones, el presunto agresor, que responde a las iniciales B. M. G., actuó por puro azar a las 7.45 horas de aquel 29 de noviembre, casi a las puertas del colegio Apolinar Hevia de Llaranes. "La víctima no le conocía de nada. Pudo ser ella como cualquier otra mujer", afirma la abogada de la acusación particular, sobre un intento de agresión sexual que fue desbaratado por un vecino que había ido a dejar a los niños a la escuela.

Los mismos informes revelan también que B. M. G., que carecía de antecedentes por hechos similares, no actuó bajo los efectos de las drogas. Asimismo, los informes periciales sobre el estado mental del presunto agresor descartan a priori su inimputabilidad. Si bien, la defensa estudia pedir más análisis para valorar a fondo las facultades mentales de su representado.

Por su parte, la víctima se encuentra actualmente a tratamiento psicológico. La intención de la acusación particular es acreditar el daño y las secuelas que le ha dejado el suceso, una tarea que su abogada tratará de conseguir con un informe pericial del equipo forense de los juzgados.

Según el relato de la víctima, el día de los hechos B. M. G. se abalanzó sobre ella por la espalda cuando caminaba por la calle Martinete, unos metros más allá de la entrada del colegio Apolinar Hevia. Fue entonces cuando -siempre según el relato de la afectada- la agarró fuertemente con ambos brazos por debajo de los pechos, al tiempo que la empujaba contra un vehículo, le desabrochó los pantalones e introdujo la mano por debajo de la ropa interior tocándole los genitales. En este forcejeo, la afectada cayó al suelo y comenzó a pedir auxilio.

Fueron precisamente los gritos de la víctima los que alertaron a un vecino que en ese momento se dirigía a dejar a los hijos de su pareja al colegio. "Le grité: ¡¿qué haces?! y echó a correr", relató el buen samaritano a este periódico el mismo día del suceso. Ante la huida del presunto delincuente, este ciudadano echó a correr tras él al tiempo que llamaba a la Policía para contarles lo sucedido e ir dándoles pistas acerca del lugar donde se encontraba el supuesto agresor.

Así, este héroe anónimo siguió los pasos del supuesto violador hasta casi llegar al barrio de La Luz, donde fue apresado por la Policía Nacional. Un día después, y tras prestar declaración en los juzgados de Avilés, el juez decretó la prisión provisional comunicada y sin fianza para B. M. G.

Este suceso generó gran conmoción en el barrio por la gravedad de los hechos, por haberse cometido a plena luz del día y prácticamente a las puertas de un centro escolar. Los vecinos también denunciaron falta de alumbrado público en el lugar de los hechos.

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