El sector pesquero asturiano respira algo más aliviado: "La próxima campaña de bonito transcurrirá con normalidad". No en vano su preocupación parte de los requisitos que el Ministerio ha establecido para esta pesquería y que ha llevado a asturianos y cántabros a unir esfuerzos e ideas. El representante de los pescadores cántabros señaló días atrás en estas páginas que los barcos no están preparados para cumplir con la normativa que se impondrá y que de llevarse a cabo "valdrá más desguazar el barco y hacer uno nuevo" que enfrentarse a los cambios. Ayer el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias, Adolfo García, quitó hierro al asunto: "Hemos tratado con la Secretaría General de Pesca y la Marina Mercante cuestiones técnicas de seguridad de cara a preparar los barcos, pero la próxima costera transcurrirá como hasta ahora". El año pasado Fomento ya avisó de que iba a impulsar una campaña de vigilancia para evitar que los barcos traspasan los límites de la zona que tienen asignada en sus certificados. La del bonito es una de las principales campañas para los asturianos. La del año pasado dejó buen sabor de boca, si bien es sabido que a los pescadores les gustaría faenar más tiempo. La última costera del bonito, pesquería que se cerró el 27 de agosto de 2019 por consumo de la cuota asignada a España, cerró con 913.889 kilos capturados por los 50 barcos de la flota asturiana que participaron en la campaña.

Estas cifras representan un incremento del 70,67% respecto a las capturas de 2018, que fueron 535.470 kilos. El Principado y el sector reclaman ahora un aumento de la cuota para 2020.