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Siro Pérez, pregonero de la Semana Santa, añora "el fervor religioso de antaño"

El cirujano jubilado, que acude desde niño a las procesiones, recomienda ver las genuflexiones de San Juan ante Cristo Yacente y la Dolorosa

Siro Pérez. M. VILLAMUZA

La llamada de este periódico al recién elegido pregonero de la Semana Santa de Avilés, Siro Pérez, pilló ayer al cirujano jubilado escribiendo notas de lo que será su discurso. Ya dice el refrán que "a quien madruga, Dios le ayuda", aunque el doctor justifica el adelanto de la faena literaria por la "complejidad" de la misión, que ve cuesta arriba por la responsabilidad de pronunciar las primeras palabras de la cita más multitudinaria de la religiosidad local. "Tan poco claro lo veía que en primera instancia me negué a ser el pregonero; pero luego insistieron, entró por banda mi cuñada, que es como una máquina de reñir... y el dique cedió", relata el médico con su característico buen humor.

Siro Pérez, un hombre devoto, solidario y altruista, además de un profesional de la medicina de prestigio reconocido en toda España, no quiere desvelar por dónde irán los tiros de su pregón, pero adelanta que habrá una reivindicación: "La recuperación del fervor religioso, algo que desgraciadamente echo de menos en la Semana Santa de Avilés".

El doctor Pérez, que lleva asistiendo a las procesiones desde niño, lamenta el "declive del sentimiento cristiano". O, al menos, eso es lo que él percibe cuando ahora acude a las multitudinarias procesiones: "Sin atreverme a criticar el efecto que ha tenido la declaración de la Semana Santa local como Fiesta de Interés Turístico, personalmente yo prefería las de antaño, más emotivas, con más recogimiento..."

El pregonero aclara que siempre ha sido un hombre involucrado en la Semana Santa, pero que sin embargo nunca ha pertenecido a una cofradía, que a todas las "quiere" por igual. Diplomacia al margen, acepta compartir con el gran público sus preferencias en materia de procesiones: "A destacar la del Santo Encuentro y la del Santo Entierro". Y de esta segunda, Siro Pérez aconseja dos momentos emocionantes: "Las genuflexiones que a modo de reverencias realizan los cofrades de San Juan, con el paso a hombros, ante la imagen de Cristo Yacente y la Virgen de los Dolores, ambas en la calle San Francisco".

Para Pérez será una Semana Santa especial, si bien en realidad llevan años siéndolo por un motivo u otro: "De unos años a esta parte, deben ser cosas de la edad, se me vienen a la mente reflexiones muy profundas sobre cuestiones trascendentes como la muerte". Y esto lo dice un cirujano que alargó la vida de cientos de personas. "Ya, ya, pero al final es Dios quien dispone", sentencia.

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