El acero y sus derivados constituyen, a tenor del informe anual que elabora la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), la mercancía más preciada del negocio ferroviario español: en 2018, último año con datos publicados, la siderurgia (45,9 por ciento en 2017). Y Asturias brilla especialmente en esa estadística por ser una de las cabeceras del corredor ferroviario español de media y larga distancia que mueve más mercancía, en concreto el que une las estaciones de Trasona (Corvera) y Sagunto (Valencia). Por este eje ferroviario viajan cada año cerca de un millón de toneladas de acero; el segundo en la lista es el corredor Zaragoza-Barcelona, con algo más de 630.000 toneladas netas transportadas por kilómetro; y el tercero, Madrid-Valencia (620.000 toneladas). El corredor siderúrgico astur-valenciano aporta el 10 por ciento del total de los tráficos ferroviarios españoles de media y larga distancia.
Los datos de la CNMC también sitúan a Asturias como la principal provincia española de origen de tráficos ferroviarios: en 2018 fueron el 17,5 por ciento del total de las toneladas de mercancía movidas en tren, volviendo a destacar en esa cifra los envíos de acero desde Trasona a Sagunto. Y más aún: Asturias lidera, con más de dos millones de toneladas transportadas, la clasificación de los corredores ferroviarios de corta distancia. La segunda provincia en ese ranking es La Coruña, con prácticamente la mitad de tráficos.
Estos datos de alta actividad ferroviaria contrastan con las condiciones en que funciona la red asturiana de ferrocarriles, que lleva años cuestionada tanto en su formato de ancho métrico como en el ibérico por la falta de mantenimiento e inversión en unos casos y por los retrasos que acumula la construcción del trazado que hará posible la llegada del tren de alta velocidad al Principado. Incluso pese a esos imponderables, el tren es el medio de transporte puntero en la región para mover mercancías.
El "tren bobinero"
El "tren bobinero"
En la jerga ferroviaria, el tren que comunica diariamente Trasona y Sagunto es conocido como "el bobinero". La razón es que va cargado de bobinas de acero fabricadas en la acería LD-III de Tabaza, rollos de "chapa caliente" que una vez en tierras levantinas son laminados en frío para obtener la chapa que utilizan, entre otras, industrias como la de la automoción. Las instalaciones saguntinas de ArcelorMittal son las herederas naturales de los antiguos Altos Hornos del Mediterráneo y se abastecen desde Asturias desde que aquella cabecera perdió los hornos altos y con ellos la capacidad de producir acero.
El "tren bobinero", que circula con mayor o menor regularidad desde finales de los años noventa del pasado siglo, es una de las víctimas del decimonónico trazado ferroviario del puerto Pajares. Hasta el año pasado era necesario que los convoyes siderúrgicos que salían de Trasona en dirección a Sagunto se dividieren en dos unidades para poder "escalar" con garantías las rampas que llevan a la Meseta. Una vez en Busdongo (León), ambas composiciones pasaban a formar una sola de entre 25 y 30 vagones y seguían camino hacia el Mediterráneo.
Fue el año pasado cuando, fruto de una modernización de las locomotoras que impulsan el "tren del acero", ArcelorMittal logró simplificar el proceso logístico de sus envíos de acero a Sagunto. La nuevas máquinas tipo 253 jubilaron a las 251 y ahora es posible formar convoyes de hasta 24 vagones que hacen el viaje de 853 kilómetros hasta Sagunto de una tirada. Cada tren puede cargar como máximo -nuevamente Pajares pone límites- hasta 1.950 toneladas de bobinas, a razón de 65 toneladas como máximo por vagón.
