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El Oceanográfico analiza la influencia del cañón de Avilés en la pesquería del Cantábrico

"Las áreas marinas protegidas tienen un papel fundamental en la mejora de la producción de actividades pesqueras y acuícolas en los ecosistemas adyacentes", sostienen los científicos

Un grupo de biólogos marinos, trabajando en el cañón de Avilés.

Investigadores del InstitutoSe centrarán para su investigación en dos zonas de la Red Natura 2000 representativas del Atlántico y Mediterráneo, pero comparables en cuanto a ecosistemas y estructura orográfica: el sistema de cañones submarinos de Avilés -pasará a ser una zona marina con gran protección en 2022- y los valles submarinos del Escarpe de Mazarrón. Ambos espacios se caracterizan por poseer una plataforma continental estrecha y un talud continental surcado por gargantas submarinas que contribuyen, según los expertos, a su elevado hidrodinamismo y productividad biológica, lo que ha hecho que hayan albergado históricamente una intensa actividad pesquera. En el cañón de Avilés -donde faenan actualmente unos 280 barcos- habitan multitud de especies de interés comercial que son objetivo de la flota como la merluza, la bacaladilla, la xarda o el pixín.

"Las áreas marinas protegidas tienen un papel fundamental en la mejora de la producción de actividades pesqueras y acuícolas en los ecosistemas adyacentes, especialmente en zonas sensibles o altamente impactadas por la pesca que necesitan recuperar no solo sus niveles de producción sino también su estabilidad y funcionamiento", según los investigadores del IEO que lideran el proyecto Ecofun, que en todo momento se refieren a la conectividad funcional, entendida como el conjunto de propiedades ecológicas asociadas al uso del espacio común, tanto en las relaciones entre diferentes especies como en las relaciones entre población iguales a lo largo de su ciclo vital.

"Analizar la conectividad funcional resulta vital para entender el funcionamiento ecológico del área, su resiliencia frente al cambio climático, la mejora de los servicios ecosistémicos en áreas adyacentes y, en definitiva, para realizar un seguimiento efectivo de dichas áreas que fortalezca su gestión", precisan los expertos del Oceanográfico.

El proyecto "Cuantificación y seguimiento de la provisión de servicios Ecosistémicos de áreas protegidas Atlánticas y Mediterráneas: Conectividad de Funciones ecológicas a través de gradientes geográficos y batimétricos", de acrónimo Ecofun, se llevará a cabo durante este año por personal de los centros costeros de Baleares, Santander, Murcia, Málaga y Vigo del Instituto Español de Oceanografía y está cofinanciado por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MTERD) a través del Programa Pleamar del Fondo Europeo Marítimo y de Pesca (FEMP).

"El objetivo principal de este proyecto es caracterizar las propiedades ecológicas que resulten clave dentro de las áreas marinas protegidas para el mantenimiento de la conectividad funcional y que sean de utilidad en los planes de gestión y seguimiento de dichas zonas a la hora de implementar una perspectiva integrada de los ecosistemas, sus servicios y funciones", señala Lucía López-López, investigadora principal del proyecto.

En este nuevo proyecto, los científicos caracterizarán las principales propiedades ecológicas dentro de las áreas protegidas y en su área de influencia, con el objetivo de implementar una perspectiva integrada de los ecosistemas, sus servicios y funciones en los planes de gestión y seguimiento. Y es que los principales objetivos de las áreas marinas protegidas -la del cañón de Avilés pasará a ser una zona marina con gran protección en 2022- son preservar la biodiversidad marina y contribuir a la sostenibilidad de los recursos pesqueros. Para que esto sea posible se establecen zonas de exclusión de ciertas actividades humanas con el fin de mantener la estructura y el funcionamiento de los hábitats protegidos y que esto repercuta positivamente en los ecosistemas contiguos.

El plan de gestión del sistema de cañones de Avilés pasará a ser una zona marina con gran protección en 2022, de cumplirse los pronósticos de los expertos del Oceanográfico. Entonces está previsto que salga adelante un documento que tiene por objeto garantizar la conservación de los valores ambientales de esta gran zona con un mínimo efecto sobre las actividades económicas. También busca potenciar este ecosistema profundo "mediante un método responsable y de valor añadido", según explicó en estas páginas Francisco Sánchez, investigador del Centro Oceanográfico de Santander y responsable del proyecto Indemares-Avilés, que en los últimos años ha liderado cinco campañas en los cañones avilesinos.

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