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Castrillón

El patrimonio como recurso pedagógico

El castrillonense José V. Piedra, galardonado por su estudio acerca del conocimiento del profesorado de Primaria del legado cultural, reivindica el valor de estos elementos: "Si no están en el aula, no se valoran"

José V. Piedra, a la izquierda, con su director del trabajo fin de máster, Miguel Ángel Suárez, en el parque del Muelle. MARA VILLAMUZA

El patrimonio local y su importancia para contextualizar los aprendizajes fue el centro del trabajo de José V. Piedra, fisioterapeuta de formación que ejerció durante algunos años la profesión y ahora maestro de Primaria. "Hay una relación significativa entre la experiencia en los centros educativos y el conocimiento posterior del patrimonio", sostiene el joven que acaba de finalizar un máster en Intervención e Investigación Socioeducativa. Fueron sus raíces castrillonenses las que le animaron a investigar en un territorio muy familiar para él. "Quería conocer en un concejo donde se invirtió tanto en divulgación y se hicieron intervenciones importantes en el patrimonio si eso había calado en la formación en las aulas", explica el autor del trabajo, distinguido con el premio "Mario de Miguel" al mejor proyecto fin de máster en Educación convocado por primera vez este curso en la Universidad de Oviedo.

En su exhaustiva investigación, tutelada por los profesores Roser Calaf y Miguel Ángel Suárez, Piedra trató de averiguar si los esfuerzos de divulgación del patrimonio de Castrillón llegaban a las aulas. La conclusión es que había una escasa sensibilización con la materia, por lo que desarrolló un programa de difusión del conjunto industrial de Arnao entre el alumnado de quinto y sexto de Primaria. "En general se tiende a hacer una salida del aula y nada más. Pero la realidad es que el patrimonio local es importante, interesa porque en Ciencias Sociales necesitamos de que los niños sepan porqué su entorno más cercano es como es", apunta el joven maestro.

El objetivo del trabajo, dividido en dos fases fue, por un lado, diagnosticar el estado de la educación patrimonial en el concejo y, por otro, conocer los efectos de la aplicación de un programa de educación patrimonial sobre alumnado y docentes, partiendo de la premisa de la limitación en la mayoría de ellos sobre cómo encajar esa información en la programación de las asignaturas. "Si el patrimonio no forma para de la educación, no se conoce y si no lo conocen no es posible que puedan valorarlo", sostiene el director del trabajo y también docente Miguel Ángel Suárez.

A los profesores, detalla Piedra, se les preguntó cuál era su percepción sobre el conocimiento del patrimonio de Castrillón y la mitad de ellos creían que no lo conocían. También se les interrogó acerca de si consideraban que era útil o no y un 30% de ellos contestaron que no. "Si no se conoce ya existen limitaciones para incorporarlo en los programas curriculares", sostiene el joven autor de esta investigación. La fase de diagnóstico constó a su vez de dos estudios. En el primero, 45 sujetos realizaron un cuestionario con cuatro preguntas de respuesta dirigida y una de respuesta abierta explicativa. En el segundo, 20 de los sujetos respondieron también una entrevista semiestructurada.

La fase de diagnóstico reveló que los docentes, escasamente sensibilizados, tienen una visión tradicional del patrimonio, cuyo reconocimiento y empleo está en relación directa con su edad, su experiencia docente y su tiempo de permanencia en centros de Castrillón. Y la fase de intervención, concretada en un programa de educación patrimonial dirigido a docentes y alumnado de quinto y sexto cursos de Primaria, logró revertir parcialmente ese déficit. En adelante, apunta José V. Piedra, es preciso continuar con programas de este tipo que logren modificar las actividades para superar la simple divulgación y comenzar una etapa de verdadera educación patrimonial.

"Tratamos de hacerles ver a ellos mismos porqué es importante ese patrimonio y merece ser recordado", expone el autor del trabajo. El joven maestro abunda en la idea de que el patrimonio es un valor colectivo, no individual "y eso fue lo que tratamos de hacerles ver". Así, los niños identificaron como tal elementos cercanos con las esculturas del parque local, pero también las locomotoras "Eleonore" y "Rojillín"las locomotoras "Eleonore" y "Rojillín". "Los niños fueron los investigadores de nuestra investigación", concluye Piedra, quien celebra junto a sus directores el 'microclima' generado sobre lo que debería ser la enseñanza. "Educar es un acto de complicidad", resume Roser Calaf y eso es lo que ha logrado esta investigación con la comunidad educativa de Castrillón.

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