Golpe al narcotráfico en Avilés. Una veintena de efectivos de la Policía Nacional llevaron ayer a cabo una redada antidroga en una vivienda -dos hombres y dos mujeres- de la misma familia. A última hora de la tarde, una de los arrestados fue puesta en libertad al entender la policía que no tenía nada que ver con el tráfico de drogas del que se acusa a los otros tres. La operación fue seguida por decenas de allegados de los arrestados y de vecinos, que aseguraron que era por todos conocido que ese domicilio de la calle Luis Bayón era un punto caliente de trapicheo: "Era un no parar de gente entrando a pillar". (En febrero, la Policía intervino en un caso similar también en La Magdalena: así te lo contábamos

La operación antidroga comenzó minutos antes de las dos del mediodía. Fue entonces cuando agentes de la Unidad de Prevención y Reacción trasladados desde Oviedo y de la Policía Judicial de Avilés entraron por la fuerza -incluso por las ventanas- en la vivienda, situada en el bajo del número 1 de la calle Luis Bayón. Según fuentes policiales, la operación fue repelida con violencia por los habitantes del domicilio, que llegaron a herir a dos policías que requirieron asistencia médica en el Hospital San Agustín. Según fuentes policiales, en el interior del piso los agentes se incautaron de sustancias estupefacientes y se llevaron artículos de valor, entre ellos un televisor de alta gama. En estas labores también colaboró la unidad de guías caninos.

Tras la inspección, que se gestó tras semanas de investigación de la Policía Judicial de Avilés, unidad que ayer comandó la operación, las cuatro personas que se encontraban en el domicilio fueron detenidas y trasladadas a la Comisaría de Río San Martín. Si bien, a lo largo de la tarde, una de ellas fue puesta en libertad, al entender los investigadores que no tenía nada que ver con el supuesto caso de tráfico de drogas. Presuntamente, la mujer sólo se encontraba de visita en casa de sus familiares cuando los agentes asaltaron el piso.

Fuentes policiales calificaron la operación de "éxito". "Se ha logrado desarticular un punto habitual de venta de droga y, además, se ha conseguido incautar parte de esos estupefacientes", afirmaron desde el cuerpo nacional. Todo apunta a que entre las sustancias que se incautaron en el domicilio había cocaína, heroína y hachís.

"Esta operación se ha sobredimensionado", criticó ayer Judith Gómez Álvarez abogada que junto a Francisco Miranda Velasco, ambos del despacho Vox Legis, llevará la defensa de los tres detenidos: J. L. J. J., de 26 años; A. J. G, de 22 años; y E. J. J., de 52 años. Según la letrada, está previsto que los tres presten declaración en Comisaría a lo largo del día de hoy y aún no hay fecha para que pasen a disposición judicial.

La operación generó gran revuelo entre los vecinos del Polígono de La Magdalena. En primer lugar porque obligó a cortar durante dos horas el tráfico en la calle Sabino Álvarez Gendín, una de las principales vías del barrio; y en segundo porque eran muchos los residentes que aplaudían la actuación.

"Que aquí se vendía droga estaba claro", coincidían los parroquianos que seguían desde la acera opuesta a la vivienda, en Álvarez Gendín, la intervención policial. "Todo el día entraba y salía gente que a pillar. Es una vergüenza", criticaban los vecinos.

Además, los residentes afirmaron que las familias de la zona generaban problemas convivencia. "Se creen que todo es suyo. Se ponen en medio de la calle y no te dejan ni pasar con el coche. Si encima les dices algo, es todavía peor: te amenazan", lamentaba una vecina que prefiere ocultar su identidad por miedo a represalias.

También siguieron de cerca la operación policial los familiares de los detenidos, entre los que se vivieron auténticos momentos de tensión. "¡Anda que no hay camellos por ahí que tenéis que venir siempre aquí!", gritaba uno de los allegados, que llegó a encararse y a insultar en más de una ocasión a los agentes, mientras los suyos le pedían calma. "¡Tened cuidado!", amenazaban otras familiares a policías y a los vecinos que seguían desde el otro lado de la calle la actividad de los policías.

"Lo que realmente necesitamos es que se lleven a esta gente de aquí y podamos vivir tranquilos. El problema es que en cuatro días los volveremos a tener por aquí", lamentaban los vecinos.