No hay ruta de navegación más populosa y divertida que la que traza el Descenso Internacional y Fluvial de Galiana. Una marea humana se entrega cada año al ritual colectivo de uno de los acontecimientos más multitudinarios de Avilés. Vivirlo es casi una obligación ciudadana propios y extraños. Es más que una seña de identidad. Lo sienten y en él se implican con una intensidad tal que nada hay más importante en una jornada en la que solo toca abandonarse a la tremenda fiesta que revienta la calle en una explosión de colorido, confeti y música a todo volumen. Imposible abstraerse de la jarana, del mogollón que se pone pingando bajo los cañones de agua o frente a las mangueras de espuma, que baila y canta hasta la extenuación, como si no hubiera un mañana.

La cita de ayer, la trigésimo tercera edición, volvió a ser todo eso y más. Entre otras cosas batió el récord de duración: más de cinco horas. Y es que el desfile se desarrolló con un retraso notable: arrancó a las seis y media de la tarde, una hora después el primer artilugio ni siquiera había llegado a la plaza de España y a las once y media de la noche aún no había acabado. No obstante, la espectacularidad del trabajo de las peñas y su derroche de imaginación hicieron que la espera mereciera la pena y que el público se viniera arriba al ritmo del chunda chunda de los potentes equipos de música que todas las "embarcaciones" llevan incorporados. El jurado lo tuvo difícil para elegir en un año con récord de participación, 25 artefactos. Finalmente se llevó el gato al agua la peña "Los del Ébano" con el artilugio "Cotton Vamp"; el segundo premio se lo llevó la peña "El puntazu" con "El loco cirso de los Veinte"; y el tercero, la peña "Abuelo Anselmo" y su artilugio "Armando-la en el tiempo",

Para ceñirse al tema propuesto este año para el Antroxu, los "Locos Años Veinte", cada cual hizo su interpretación. Abundaron las "naves" cargadas de ratones de Mickey Mouse, el famoso personaje de Disney que hizo su debut cinematográfico en 1928. Fue, por ejemplo, el caso del artilugio que abrió el desfile, "La Mickey Chalana de Galiana", de Los Culebrillas. También fueron numerosos los aviadores. De eso se caracterizaron los miembros de la peña Los Carnívales, a bordo de su nave "Los locos del aire".

Destacaron asimismo, los artilugios alusivos a la Ley Seca, con bares camuflados para eludir la prohibición de vender bebidas alcohólicas promulgada en los Estados Unidos en 1920. Fueron entre otros, el grupo Bar Karma con su "Barbfer Shop". Curiosamente, el de ayer, fue, a juicio de algunos, un descenso de secano. Por "la poca espuma". Para algunos no fue suficiente, porque se paraban los cañones "a ratos", según la crítica de Déborah Menéndez. Para otros, las veces que se disparaba el chorro eran bastantes y los niños disfrutaron igual que en ediciones anteriores.

Entre el numeroso público presente ayer a lo largo del recorrido del Descenso, hubo disfrazados, medio compuestos y a quien no le faltaba detalle. A algunos, en busca de una buena mojadura, solo les hacía falta el chubasquero. Para otros fue suficiente con un tocado, un antifaz o unas simples gafas. La cuestión era participar de la fiesta, aunque la mayoría no escatimó en la vestimenta e incluso por partida doble, triple o hasta cuádruple: muchas fueron las familias que pudieron verse ataviadas a juego con indumentatrias de animales, de personajes de dibujos animados o seres fantásticos.

Este último caso fue el de Enrique Font y Yessica Menéndez, que acudieron a presenciar el desfile disfrazados de unicornios rosas, una elección de sus dos hijas, Eva y Diana, que iban a juego con sus padres. En realidad, pocos fueron los vecinos que optaron por la temática propuesta este año por la Reina del Goxu. En las calles se vieron muchos ángeles y diablos, bomberos, indios, policías, romanos o valientes caballeros medievales.

La colección de animales salvajes también fue destacada. Osos, pollos, vacas, cerdos, leones, tigres, jirafas... El zoológico completo estuvo en el Antroxu. Eso sí, ninguno de ellos tuvo más presencia que los ratones, aunque se tratase de emular al personaje de Mickey Mouse, uno de los más repetidos en esta edición de la fiesta.

La nota emotiva de la jornada fue el homenaje que se rindió a Francisco Muñiz, recientemente desaparecido, miembro de la peña "Piyarno Corporeison". El grupo mantuvo este año su presencia para recordar su memoria, con el artilugio "Piyarno's Club", del que colgaban enormes fotografías del fallecido, con el lema "Por ti, Fran".

La presencia de niños en el Descenso de Galiana. Ayer, el inicio del desfile estuvo marcado por su numerosa presencia ante el primer cañón de espuma colocado en la calle Galiana. Entre los más pequeños -y sus padres- abundaron los disfraces de superhéroes como Superman o Batman y de películas como "Star Wars".