Soy un enamorado de la sección "Cartas al director" de los diarios en papel. No soy usuario de las redes sociales ni de los diarios digitales. Me gusta leer las cartas y colaborar escribiendo a ver si tengo la "suerte" de verlas publicadas. Tengo 85 años y movilidad reducida y escribir me ayuda, pero si se publica alguna, más, pues como decía el cómico "si hay que ir se va, pero ir pa na". Me he esforzado en esta ocasión para intentar acercarme a prolíficos colaboradores y nada mejor para ello que animar al equipo de la parroquia de mi madre. ¡Ahí va!
¡Aúpa Podes C. F.! Rememorando la emotiva carta de apoyo al Atleti madrileño escrita por don Enrique Stuyck Romá desde Madrid, no dejo de recordar al equipo de la aldea de mi madre, el Podes C. F., fundado hace ya cuarenta años. Y lo hago desde "San Juan del lao de allá", poblado de la margen derecha de la ría avilesina compartido por Avilés y Gozón donde los recuerdos fluyen mejor.
Por eso mismo, aún recuerdo cuando se fundó y las vueltas que dieron los fundadores para encontrar un terreno donde jugar. Llegaron a pedírselo a José Lloreda, a quien yo llamaba papá, marido de mi madrina Matilde. Pero José, hombre cabal pensó que "el prao era mejor pa yerba pa les vaques que pa dar patades a un balón".
Al fin, lo encontraron en una finca cedida al pueblo por el Conde del Real Agrado con cerrado de piedra incluido, al lado de la capilla para poder rezar por el triunfo. El problema es que el campo (el prao como diría mi amigo Amadeo, sobrino y ahijado del conde y exjugador del Marino, cuando se refería a los medios que "jueguen en medio el prao") es pequeño y está inclinado. Para poder animar como hace don Enrique con el Atleti, solo hace falta: ampliar y nivelar el prao, transformar el cierre de piedra en bonitas y amplias gradas, que San Martín de Podes crezca de 370 habitantes a dos millones y pase a llamarse Ciudad de Gozón y que pueda competir con el Marino, que jugará en el "barrio de Luanco", donde tendrá su estadio.
Podría seguir pero no quiero superar el espacio recomendado para esta sección.
No se me ocurre ningún otro tema importante para otra carta, como suele ser habitual para mi admirado don Enrique.
