La concejal de Festejos de Avilés, Yolanda Alonso, novata en esas lides, asegura estar tomando buena nota del desarrollo de las fiestas de Antroxu, y muy especialmente de lo acontecido este año en el Descenso de Galiana, la piedra angular de la programación carnavalera. El gran salto de calidad que han dado las "embarcaciones", la generalización de las "disco-carrozas" y los vistosos shows que ofrecen la mayoría de las peñas evidencian que el Descenso de Galiana ha entrado en una nueva dimensión. Conscientes de ello, la responsable de Festejos asegura que tiene la intención de adaptarse a la nueva realidad para potenciar el acto y que se harán los cambios que se estimen pertinentes pensando en un doble beneficio: el de los peñistas que descienden por la calle Galiana a bordo de sus llamativos artilugios y el de los espectadores que abarrotan las márgenes del "río" festivo para disfrutar del espectáculo.
La edición del Descenso de Galiana celebrada este sábado fue criticada por parte del público por su lentitud y por la abundancia de tiempos muertos. De hecho, el primer artilugio llegó a la plaza de España sobre las ocho de la tarde, 90 minutos después de la hora a la que estaba anunciada la salida. Y a las nueve y media cientos de personas ya habían abandonado la zona hartas de la lentitud del desfile y cansadas de estar tanto tiempo de pie.
Las causas de la lentitud con la que se desarrolló este año el Descenso de Galiana son varias: a las seis y media de la tarde aún era de día "y a los peñistas les gusta la luz del sol menos que a los vampiros" -según dice con buen humor un técnico de Festejos- porque los artilugios llevan efectos luminosos que lucen más cuando se hace de noche, de un tiempo a esta parte muchas carrozas llevan incorporada música y las peñas montan espectáculos coreografiados para los que necesitan espacio y que la música de otros grupos no "pise" la suya, es del gusto de los peñistas pillar cuanta más espuma mejor y si en un momento dado "baja la marea" lo que hacen es esperar a que "suba" de nuevo y, por último, desde los orígenes del Descenso no hay establecido un orden de paradas sino que cada peña hace un alto donde le apetece.
De todo lo anterior, la concejal de Festejos trata de sacar lecturas positivas, la más importante que "el Descenso de Galiana está más vivo que nunca y su calidad raya a una altura jamás vista". Lo que se intentará asegura Alonso, es "hacer los cambios que se vean oportunos, y siempre en comunicación con las peñas, para que el Descenso sea más vistoso y espectacular si cabe".
A falta de madurar hay varias ideas bullendo. Entre otras, adaptar el horario de inicio del Descenso al momento en que anochece para favorecer el desarrollo nocturno del desfile, alargar si es preciso la duración para que las peñas no se sientan presionadas por el reloj al hacer sus rutinas de baile, intercalar música de ambiente para animar los tiempos muertos y facilitar un espacio y un horario previo al Descenso para que los niños jueguen con la espuma. En lo que hay unanimidad es en que el Descenso de Galiana "sube como la espuma" y debe vacunarse para no morir de éxito logrando que el esfuerzo de los peñistas por hacer cada año mejores y más originales artilugios luzca lo más posible para disfrute de los espectadores.
