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El uso de parques para prácticas como el "jugger" se regula para evitar conflictos

La ordenanza de zonas verdes, que tiene más de treinta años, se encuentra desfasada y "hay que adaptarla a las nuevas realidades"

Un grupo practicando "jugger" en el parque de Ferrera. MARA VILLAMUZA

La práctica del "jugger", una modalidad deportiva procedente de Alemania a caballo entre el rugby y la esgrima, ha tomado en los últimos años los parques avilesinos. Es habitual ver a grupos de jóvenes practicando esta disciplina inspirada en un filme de la década de 1980 ("La sangre de los héroes") en las zonas verdes de la ciudad. En el parque de Ferrera, el mayor de Avilés, conviven paseantes, familias con sus chiquillos, deportistas, propietarios de mascotas con sus animales... En el Ayuntamiento reconocen que ya se ha llegado a superar la capacidad de acogida de algunos espacios y a producirse conflictos porque varios colectivos "pretenden coincidir en espacio y tiempo en un mismo lugar". Toca poner orden y actualizar una normativa que no se ha revisado desde que entró en vigor.

Y es que la ordenanza que regula estos usos es ya treintañera. En 1980 no había en Avilés más perros que niños, correr era solo cosa de atletas y "La sangre de los héroes" acaba de estrenarse. "El acceso a los parques y jardines de Avilés queda prohibido a las caballerías y a cualquier tipo de ganado, salvo autorización expresa para ello por parte de la Corporación". "Los vuelos de aviones de aeromodelismo propulsados por medios mecánicos solo podrán realizarse en los lugares expresamente señalizados para ello". Son solo un par de ejemplos del articulado de la normativa que sigue en vigor.

La práctica de juegos y deportes sólo puede realizarse ahora, según la norma vigente, en las zonas especialmente acotadas para ello y siempre que no se cause molestias a otras personas ni se provoquen daños a las plantas, los animales o el mobiliario urbano. "Se están produciendo daños en las praderas por el intensivo uso y conflictos entre algunos colectivos. Tenemos que reordenar todo eso", explicó el concejal de Medio Ambiente, Pelayo García.

Recurrerentes son las quejas vecinales por el uso incorrecto de las zonas verdes de la ciudad, sobre todo por la presencia de perros sueltos, no recogida de excrementos o propietarios de razas potencialmente peligrosas que no cumplen la normativa específica.

La ordenanza que está ahora en vigor establece que los perros pueden acceder a parques, como el de Ferrera, "siempre que vayan conducidos por personas y provistos de correa no extensible de longitud inferior a dos metros". Y nada de acceder a la pradera, solo pueden circular por las zonas de los paseos ("Está prohibido que se acerquen a los juegos infantiles, que penetren en las praderas de césped y que espanten a las palomas pájaros y otras aves animales").

Prohibido quedará con el cambio de la normativa dar de comer a los pájaros, una práctica que todavía se estila en las zonas verdes de la ciudad y que está permitida. Y es que la ordenanza que se va renovar solo "recomienda a los usuarios no dar de comer a los animales" y permite "dar de comer pan y alimentos similares a las palomas, patos y gorriones".

La modificación conllevará la actuación del sistema sancionador. Existen infracciones que están sin calificar y la multa es obsoleta. Por ejemplo, dar de comer a los animales no conlleva ahora sanción. Las infracciones que están tipificadas acarrean multas de "entre 500 y y 25.000 pesetas", de entre tres y 150 euros.

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