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Los veteranos certifican el auge de la fiesta y piden preservar su esencia

"Hice mi primer Descenso de Galiana hace 24 años, conocí la época de los coches de desguace y después me adapté a su prohibición, viví la época negra en la que todo estuvo a punto de irse a pique por falta de participación, remontamos el bache y en la actualidad creo que el Descenso pasa por uno de sus mejores momentos. La clave es adaptarse a lo que va viniendo, lo que sea con tal de no perderlo". Son palabras de uno de los veteranos del Descenso de Galiana, Anselmo Valle Solís, de la peña que lleva su nombre, "El abuelo Anselmo". Este peñista, leyenda viva del Descenso, reivindica el derecho de las peñas a disfrutar "sin prisas" de la experiencia de bajar por la calle Galiana estrujando cada minuto de la fiesta, asombrando a propios y extraños con la embarcación que construyen cada año y generando buen rollo. "En eso consiste el Descenso, y si tiene que durar más tiempo, pues que dure", afirma.

La exreina del Goxu y "carrocera" (constructora de artilugios) Mercedes Bahamonde valora el "tremendo salto de calidad" que han dado los diseños de los artilugios para el Descenso y se congratula de haber sido una de las que puso las bases, en tiempos de la concejal Rosa Serrano, para abrir los "astilleros" donde se montan las naves que bajan por Galiana. "Actualmente, los que saben enseñan a los novatos, prima la camaradería. Y eso, aparte de haber creado cantera, es algo precioso y digno de cuidar", opina.

Bruno González, de la peña "Pillarno Corporation" (13 participaciones en el Descenso), subraya que la calidad de los artilugios vistos el sábado "es de las mejores que recuerdo" y defiende que se hagan los cambios necesarios para favorecer el crecimiento de una fiesta "en la que lo importante es participar".

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