Aviso a comerciantes: si alguien que ha hecho una pequeña compra paga en efectivo y se olvida del cambio en el mostrador, desconfíe o póngase en guardia. Esta es la recomendación que hace la Jefatura Superior de Policía a los tenderos, entre ellos los avilesinos, al haber advertido cierta proliferación de robos por un procedimiento que podría ser bautizado como "el cliente despistado".
Lo que ocurre cuando un comercio es víctima de este tipo de delito es que el dependiente, con toda su buena voluntad, se apercibe de que una persona se ha olvidado el cambio y sale en su búsqueda para dárselo. Un compinche del ladrón estará ojo avizor para aprovechar ese momento, acercarse a la caja registradora y vaciarla con impunidad. Alternativamente al hurto de la recaudación, el ratero podría hacerse con productos de la tienda. Obviamente, este tipo de delincuentes elige tiendas que sean favorables a sus intereses: que tengan preferiblemente un solo empleado en la zona de la caja y que ésta tenga fácil acceso.
La Policía es consciente de que el ingenio de los delincuentes para lograr su objetivo no deja de crecer. Y es que cada vez utilizan técnicas más novedosas y sofisticadas para robar, por los que los dueños y los empleados de las tiendas, además de contar con un sistema de vigilancia adecuado, deben estar alerta ante cualquier conducta o movimiento sospechoso que se detecte en la tienda.
Según la "Guía del comercio seguro", el documento que cada año elabora el Ministerio del Interior sobre medidas de seguridad en los comercios, los robos y hurtos más comunes que se producen en las tiendas se realizan con bolsas revestidas de papel de aluminio (para pasar por los arcos de seguridad con objetos hurtados sin que salte la alarma).
