La niebla se zambulle en el Nalón. Caen algunas gotas, y amenaza viento. Un ejército de pescadores armados cedazo en mano ocupa sus puestos, 48 en total repartidos por los márgenes de un río que divide Soto y Muros, La Arena y San Esteban. Otros 36 toman posición. Estos últimos usan lancha. Es noche cerrada, vigilia angulera. Los preparativos de la que se presenta como la última generación de anguleros -un oficio tan antiguo como arraigado en el Nalón- se repiten año tras año entre noviembre y marzo de acuerdo al Plan de explotación de angula en la ría. La alegría por éxito de capturas va al peso. "Estos días estamos cogiendo muy poco, gramos", confiesa Eloy Sopeña, patrón mayor de la cofradía de La Arena, catedral angulera asturiana.
El balance general, no obstante, es positivo, mejor que el de los últimos años, y eso es decir mucho: desde el pasado noviembre y hasta el 31 de enero los anguleros del Nalón han capturado un total de 1.285 kilos de angula, cifra superior a la registrada en la costera anterior, cuando cogieron 886 kilos entre noviembre de 2018 y marzo de 2019, lo que supone un 31% más por ahora. Los del Nalón también han superado a los anguleros del oriente asturiano, que llevan pescados 1.215 de angula hasta el momento. Los precios del kilo de angula en el Nalón oscilan, de media, entre los 406 y los 311 euros. Algo más cara se vende en Ribadesella, entre 484 y 339 euros el kilo de precio medio. La previsión de cara al final de la costera: "No hay previsión", afirman los pescadores. Y es que la angula es caprichosa.
Este tesoro del Nalón, huidizo a más no poder y cada vez más escaso, ya no se pesca por kilos como antaño sino por unidades: tres angulas, aseguran los entendidos, hacen un gramo que casi vale su peso en oro. Ocho angulas suponen para el pescador que las captura más de un euro y quien pesca dos kilos en una noche puede darse por contento: casi mil euros para el bolsillo. Pero eso sucede muy pocas veces, lo más habitual es medir el fruto de una noche de trabajo en gramos, no en kilos.
"Es muy difícil saber lo que va a hacer este bicho", precisa Sopeña, que confía en el "último oscuro" para que suene la campana angulera en el Nalón. Los anguleros llaman "oscuro" a las noches sin luna, que supuestamente favorecen la pesquería.
Si bien la costera finaliza a las seis de la tarde de este sábado, el Principado considera hábil para esta costera el periodo comprendido entre el 17 y el 27 de marzo, los días más "negros" sobre el Nalón con la Luna nueva.
Durante este próximo mes de marzo permanecerá vedada para la pesca de angula la zona comprendida entre Punta de la Isla y cabo San Antonio, correspondiente al ámbito territorial de la cofradía de Pescadores de Ribadesella. Los que faenan entre La Arena y San Esteban podrán ocupar sus puestos con normalidad.
Voverán entonces a una pesquería tradicional y artesanal que requiere de mucho esfuerzo físico para obtener, en ocasiones, poca recompensa. De ahí que los anguleros jóvenes sean "rara avis" en el Nalón, donde se pasó de "cuchar" los suelos de cultivo con angulas a mirar como quien mira un diamante cada ejemplar.
Lo que seguirá como siempre es el Festival de la angula en la capital angulera de Asturias, La Arena y, por extensión, Soto. Este año se celebrará los días 6, 7 y 8 de marzo. Participarán siete hosteleros del concejo en una fiesta de interés turístico del Principado de Asturias que ya va por su 34º edición.
En esta ocasión la cazuela de angulas de unos cien gramos se servirá a cambio de 47 euros y el menú se oferta por 68, bebidas aparte. Pasado el festival, los anguleros tendrán aún unos días más para completar las estadísticas anguleras. El mejor registro de la década fue en 2014. Entonces se capturaron 2.159 kilos en la costera, aunque el precio medio fue de 196 euros.
En el año 2011 los anguleros cogieron 746 kilos que se vendieron, de precio medio, a 363 euros. Este año, a falta del cierre oficial, los del Nalón esperan superar los mejores datos al menos del último lustro.
El tope lo tienen en 1.438 kilos cogidos durante 2016, y para eso les faltan algo más de dos kilos; es decir, un buen puñado de angulas que llene los cedazos del ejército del Nalón.
