En dos horas lo habían petado: todo vendido, una sola función, un sólo "Salto al color", que es su nuevo disco. Pero "Amaral" es una banda agradecida y memoriosa. Eva, que había salido a escena en Avilés con una especie de escafandra y banda sonora de odisea en el espacio, detuvo el espectáculo: "Grabad lo queráis, subirlo a la redes, que se quedó mucha gente sin entrada", señaló. Y, claro, se ganó los aplausos. Y se los llevó todos juntos cuando recordó su legendario concierto en el pub Don Floro, en Galiana: finales de los noventa, cuando nada era todo. El dúo aragonés rindió anoche al aforo completo del Palacio Valdés con un espectáculo gigante y con un nuevo disco que es un doble salto mortal.

Comenzaron con "Señales", la canción que empieza invocando a las "luces encendidas cuando te quedas despierta", "a las naves que venían para invadir la Tierra" y así, con claridad meridiana y telón de fondo sideral, el personal comenzó a mover sólo los brazos en alto, que estaban en un teatro y había que guardar las formas. Los temas nuevos los fueron mezclando con sus clásicos, que "Amaral" disfruta de la vida y de todos los tiempos posibles. Lo dijo la cantante misma cuando, tras "Cómo hablar", fabuló sobre la posibilidad de tener una nave del tiempo. "Si tuviera que elegir un tiempo elegiría este: 2020 es nuestro tiempo", apuntó la cantante ante el clamor de aplausos, de coros sobre la platea. Que es lo bueno de ser testigo del primer concierto de una banda que a partir de ahora no dejará de sonar y sonar.

Lo que sí que no se va a escuchar es la versión "trance" de la asturianada más asturianada de todas: "Carretera d'Avilés / un carreteru cantaba / al son de los esquilones". El público se quedó sin habla, pero fue por la sorpresa. "Amaral" triunfó en Avilés. Dos horas y pico de triunfo.