Ainara Martínez Matía, que preside el Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial (TCCIH en sus siglas inglesas), rechaza de manera absoluta el anuncio de derribo de Baterías de coque de Avilés. Para la entidad que dirige Martínez Matía, llevar adelante el achatarrimiento de la coquería que alimentó durante más de medio siglo la economía asturiana es "un grave atentado a la historia reciente de nuestro país, y denota una preocupante falta de sensibilidad ante situaciones complejas que pueden hipotecar actuaciones importantes en el futuro desarrollo de la ciudad de Avilés y su región".

"Hacemos un llamamiento para evitar una apresurada intervención destructora que constituiría una pérdida irreparable, afectando al conjunto de la sociedad, y que redundaría en la desaparición de un capítulo de la historia reciente de Avilés, de Asturias y de España", continúa Martínez Matía que considera que "la pérdida de estas instalaciones tendría repercusión en toda Europa, ya que el proceso industrializador, especialmente el de los países del arco mediterráneo, está muy lejos de ser suficientemente conocido, valorado y apreciado".

Para el Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio "antes de cualquier actuación social y materialmente irreversible, es imprescindible la realización de un estudio documentado de las instalaciones afectas a este proceso que conformará parte de iniciativas municipales o regionales de carácter urbanístico y empresarial". La organización reclama que se combine "lo sustancial en la conservación patrimonial, sin que sea óbice para las necesarias actuaciones de reindustrialización y mejora del trabajo y calidad de vida". De los elementos a salvaguardar de la pala, el TCCIH, enumera los gasómetros, chimenea de sínter, torres de carbón o apagado, infraestructura técnica de hornos, oficinas y almacenes.

La organización, con sede en Gijón, reclama que "con carácter inmediato y antes de procederse a cualquier actuación por parte de las administraciones públicas y por su actual propietario, Sepides, se realice un estudio pormenorizado de las instalaciones, se valore su interés patrimonial, se considere la posibilidad de proteger total o parcialmente las estructuras y se elabore un Plan Director para las actuaciones subsiguientes de puesta en valor de los citados terrenos industriales".

El comité de Patrimonio Industrial reclama también que el estudio "se aborde de manera integral, considerando el patrimonio construido, pero también el patrimonio mueble y documental, el paisaje y el patrimonio inmaterial y la memoria de quienes allí trabajaron. La consideración de los elementos o conjunto a proteger debe expresar la histórica actividad siderúrgica, visualizando lo que allí se trabajó y vivió y proyectándolo al presente y futuro, futuro que deseamos continúe con la tradición de actividad productiva de la zona".

Concluye la presidenta del Comité Internacional para la Conservación del Patrimonio Industrial pidiendo que se aborde "cualquier iniciativa desde la prudencia, evitando acciones irremediables y drásticas que nos privarán de un valiosísimo patrimonio y de la posibilidad de hacer de nuestro pasado industrial un activo para el presente y un recurso para el futuro". La posición de Martínez Matía, sin embargo, no coincide con la que defiende el PSOE de Avilés y la FADE. Para ambas organizaciones, defender baterías es "irresponsable".