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El magistrado Rodríguez Santocildes: "Pegar a un hijo siempre es delito"

"El Supremo ha dado a entender que hasta un mero zapatillazo es un hecho delictivo en el 99% de los casos", detalló el juez en una conferencia

Rodríguez Santocildes, flanqueado por Sonia Arévalo e Ignacio Pérez Arévalo, ambos del Colegio de Abogados de Oviedo, ayer. M. V.

"Pegar a un hijo es delito. Siempre". Con esta contundencia explicó ayer el magistrado de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial Francisco J. Rodríguez Santocildes dónde está el límite de la corrección a los hijos. Lo hizo en los juzgados de Avilés, en el marco de una charla organizada por el Centro de Estudios del Ilustre Colegio de Abogados de Oviedo (ICAO), a la que asistieron más de una docena de letrados. En la ponencia, el magistrado no solo habló sobre la franja hasta la que pueden llegar los progenitores y la jurisprudencia al respecto, sino también de otras circunstancias de interés para los abogados, como los supuestos en los que los menores pueden negarse a declarar ante un caso de esta índole.

Sobre el límite de la corrección a los hijos, Rodríguez Santocildes no pudo ser más tajante. "El Código Penal dice que cualquier agresión, aunque no cause lesión, es maltrato", explicó el magistrado instantes antes de la ponencia. "El Tribunal Supremo dictó el 8 de enero que cuando hay lesión física, aunque sea un arañazo, es delito. Y que en caso de no haber lesión se estudiaría el caso. Ahora bien, también ha dado a entender en sus sentencias que hasta un mero zapatillazo es delito en el 99 por ciento de los casos", agregó el ponente.

Sobre las penas a imponer a los padres por este tipo de delitos, Rodríguez Santocildes afirma que aquí es donde hay más flexibilidad. "Hay audiencias que, en casos leves, moderan la pena y a lo mejor luego tratan de que se conceda el indulto a los padres", explicó el magistrado, que destacó que en las condenas a los progenitores no son solo ellos los perjudicados, sino también los hijos, porque además de la pena de prisión se debe dictar una orden de alejamiento.

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