"Siempre nos toca a nosotros. Ya está bien". Indignado con los acontecimientos. Así respondía ayer al teléfono Alfonso López, párroco de San Nicolás, después de que la iglesia amaneciese con una pintada del 8M. "Estoy a favor de las reivindicaciones del Día de la Mujer, pero creo que no deberían atentar contra el patrimonio avilesino, que es lo que han hecho", lamentó el sacerdote.

La pintada en cuestión son dos letras escritas con tiza azul celeste en las que se puede leer "8M", en evidente alusión al Día Internacional de la Mujer celebrado el domingo en todo el mundo. "No me meto en aspectos religiosos, pero creo que deberían tratar de cuidar más el arte de Avilés. Esas piedras en las que han pintado pueden ser del siglo VII, del XIII o del XX. Pueden haber hecho daño a una piedra única en Asturias", advirtió el párroco, que no ha puesto denuncia por los hechos.

Tampoco tiene previsto borrar el mensaje. "Estoy cansado de tener que limpiar estas cosas. Yo no pienso hacerlo. Que lo limpie quien cree que debe hacerlo", clamó López, harto de los continuos actos vandálicos que sufre el templo de la calle San Francisco: "Ahora, cada vez que hay algo, nos toca a nosotros".

Estas quejas recuerdan al episodio ocurrido en la noche del sábado de Antroxu, cuando un grupo de hombres roció de líquido inflamable y prendió fuego al crucero del siglo XVII situado frente a la iglesia. Afortunadamente, en aquella ocasión la gamberrada no pasó a mayores. En parte gracias a la rápida intervención de un grupo de vecinos, casualmente cofrades de San Juan Evangelista, y de la Policía, que lograron sofocar las llamas en cuestión de minutos.

"Ahora ya no sabemos qué pensar con qué pasará en la próxima fiesta o acto que haya por aquí", expresó con cierta socarronería el párroco, que también insistió en la importancia de que los vecinos cuiden el patrimonio local.