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La Arena como nunca fue contada

José Luis Hermida, que fue marinero y pescador, condensa en un libro la historia arenesca de 1940 a 1970 con profusión de datos costumbristas

Mozos "pescando" carbón.

La palabra "arranchao", que viene del verbo arranchar, se emplea mucho en ámbitos pesqueros y significa que un barco está dispuesto con todos los pertrechos necesarios para salir a faenar. "Sin embargo, en La Arena se lleva al terreno de lo personal y se dice que tal o cual persona que lleva un atuendo perfecto y adecuado para la tarea que va a desempeñar, tanto si va a un baile, a una boda, a pescar angula o a esquiar, siempre que la ropa y el calzado que lleve sea de buena calidad y adecuado, eso es ir 'bien arranchao'".

La anterior es una de las muchas singularidades de La Arena, "cosas que en ninguna otra parte del mundo ocurren". Así lo afirma José Luis Hermida Rivera, autor de un libro que acaba de salir del horno -próximamente se presentará en la localidad marinera- y que condensa en más de 200 páginas historias, relatos, retratos de personajes, sucedidos, anécdotas, vivencias, descripciones de rincones y recuerdos relacionados con La Arena en el paréntesis temporal que va de 1940 a 1970. Nunca nadie antes había profundizado tanto en el "ser de La Arena" con el grado de detalle que ha logrado José Luis Hermida, quien además de rigor ha logrado dotar a sus textos de amenidad y fotografías evocadoras de los escenarios que describe en su relato.

El autor del libro -que es un debutante en materia literaria tras una vida dedicada a oficios náuticos- explica en la introducción que "siempre es bueno conocer la historia, por eso no se puede olvidar; siempre debe de haber alguien que la mantenga viva y ahora que está tan de moda lo de la 'memoria histórica', con mayor razón. Pero la narración de la historia debe de ser lo más objetiva posible, o sea tal como haya sido y no como nos gustaría que fuera, ¡que no es lo mismo! No se deben de hacer trampas en un solitario". Y fiel a esa autoimpuesta objetividad, Hermida ha buceado en sus recuerdos y en archivos locales para sacar a flote un relato que combina costumbrismo y etnografía.

Como no podía ser de otro modo tratándose de un lugar tan abierto al mar como La Arena, el libro dedica capítulos a la pesca y la cofradía de pescadores "San Juan Bautista", a la angula y a la peculiar "pesca" de carbón que durante décadas ocupó a la gente del pueblo (el mineral bajaba arrastrado por el Nalón desde las cuencas productoras y se depositaba en su desembocadura en cantidad tal que era rentable recogerlo). Pero Hermida va más allá y repasa el original vocabulario arenesco, el porqué de los motes de las familias o los juegos y juguetes de antaño, entre otros pormenores arenescos.

Como dicen en La Arena, José Luis Hermida "foi bien quien" a contar cómo es este pueblo.

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