Los accesos de Avilés estuvieron ayer blindados. Militares del regimiento Príncipe y agentes de la Guardia Civil, Policía Nacional y Policía Local instalaron controles en la avenida de Cervantes, Buenavista y La Cruz de Illas (Castrillón) para evitar que los vecinos incumplan la reclusión domiciliaria impuesta por el Estado de alarma para tratar de frenar la crisis del coronavirus.

Militares y agentes hacen especial hincapié en el control de pasajeros de los vehículos y en que sus ocupantes porten permisos para transitar. También se controla a los viandantes, a los que se invita a hacer los recados con la mayor celeridad posible para que regresen a sus domicilios cuanto antes.

A la par que se intensifican los controles, los ayuntamientos de la comarca van adoptando nuevas medidas. El servicio de limpieza viaria de Avilés, que presta la empresa Urbaser, se centra estos días en la desinfección del mobiliario urbano y de los accesos a los centros sanitarios. Se utilizan equipos hidrolimpiadores y mochilas pulverizadoras que emplean una disolución de agua y lejía. La plantilla cuenta con un protocolo de seguridad para prevenir contagios durante el desempeño de su labor, aseguran desde el Ayuntamiento.

En dos días se desinfectaron 640 contenedores, 363 papeleras y los accesos y diversos elementos del mobiliario en las inmediaciones de los centros de salud de Sabugo, El Quirinal, Llano Ponte, La Magdalena, Villalegre, La Luz y Llaranes. "En los próximos días continuaremos con esta labor en toda la ciudad y la extenderemos a parques, marquesinas y juegos infantiles, entre otros espacios y mobiliario. Además hemos reforzado los baldeos de las vías", explicó el concejal de Sostenibilidad, Pelayo García.

Medidas en Castrillón

En Castrillón, donde presta el servicio Daorje, comienzan hoy las labores de desinfección. "Utilizaremos un camión para baldear, un equipo de presión y cuatro mochilas. "Reforzaremos la limpieza en entradas de ambulatorios, supermercados, contenedores, papeleras y marquesinas", señalaron desde el consistorio castrillonense.

Los taxistas de Avilés arremetieron días atrás contra el Ayuntamiento por no haber regulado el servicio en plena pandemia. El gobierno local decretó ayer reducir el servicio a la mitad para garantizar la continuidad de la actividad y prevenir los contagios. Además de esa reducción del 50% de cada una de las flotas de las asociaciones de autotaxis de la ciudad, se limita a dos el número de pasajeros máximo autorizado y los operadores del servicio están obligados a realizar una limpieza diaria de los vehículos de acuerdo a las recomendaciones del Ministerio de Sanidad.

En Castrillón recomiendan que solo viaje en taxi un pasajero. Pueden ir "dos, como máximo, cuando fuera necesario y siempre ocupando las plazas traseras del vehículo". Como en Avilés, la limpieza diaria de los taxis es obligatoria.

La excepcional situación que se vive para evitar la propagación del COVID-19 generó ayer tensión en el transporte público en autobús por la ciudad de Avilés. Uno de los vehículos que cubre la línea L-4 (La Luz - Hospital San Agustín) llegó a circula r con 24 pasajeros a bordo (25 con el conductor), una cifra que en opinión de algunos pasajeros era "excesiva", informa F. L. J.