"No podemos bajar la guardia en absoluto, la única forma de vencer esta pandemia es estar en casa y tener el menor contacto posible con cualquier persona". Es el mensaje que lanzó ayer la alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, tras prometer mano dura con quienes se salten las normas del Estado de alarma. "La inmensa mayoría cumple a rajatabla las indicaciones -estoy muy orgullosa de la respuesta de esta ciudad- pero sigue habiendo casos puntuales y hay que ser duros con quienes no acaban de entender que para combatir esto hay que recluirse", incidió.

La regidora avilesina, en una entrevista a la "Ser", dejó la puerta abierta a la organización de la Comida en la Calle una vez se supere la crisis del coronavirus "para celebrar con armonía y convivencia que hemos ganado la batalla". "La prioridad ahora es luchar contra la pandemia. Tenemos que estar en casa. Nos quedan unas semanas muy duras, nos tendremos que recuperar anímicamente y acontecimientos como la Comida en la Calle ayudarán a ello. Podríamos hacerla en otra fecha. Ojalá sea posible y la celebración mayúscula, pero queda mucho trabajo para eso. La prioridad ahora es otra", incidió.

Sobre de dónde saldrá el dinero para hacer frente a las medidas extraordinarias municipales, Monteserín señaló: "Todo el dinero público tiene su sistema de control. Una vez termine esta situación extraordinaria habrá que hacer un reajuste de los impactos y efectos colaterales que tiene esta epidemia" (en la economía y el empleo).

"Habrá que hacer esfuerzos. Cuanta más gente tenga empleo y renta, mejor para que el ritmo económico vuelva a ser el previo a la crisis cuanto esto se supere", apuntó. La Alcaldesa se mostró confiada en que los despidos ya anunciados, y los que vendrán, "sean recuperables": "Algunas empresas transmiten tranquilidad, aseguran que esta es una situación coyuntural y temporal. Están preparadas para hacer una parada estructurada, como Saint-Gobain, y para recuperar la actividad cuando se normalice la situación. Es lo que espero de todas las empresas que están en el entorno de Avilés.

El gobierno tiene entre manos varias líneas de actuación para evitar que esos despidos lleguen a las empresas que trabajan para el Consistorio. En el aire está, por ejemplo, el futuro de los controladores de Dornier (la zona azul está suspendida por decreto desde el miércoles, aunque sin funcionar desde el lunes): "Las quejas con la ORA fueron injustas. Tardamos unos días en resolverlo porque queríamos conocer las condiciones del Gobierno en materia de ERTEs. Si suspendemos temporalmente ese servicio, inmediatamente los trabajadores entran en un despido. El problema era mucho mayor que poner un euro o no en la zona azul, cuando lo normal es pagar", dijo.