La matriculación de coches en Avilés ha sufrido un retroceso del 32% en la comparativa entre febrero de 2020 y el mismo mes del pasado año. La bajada en la venta de vehículos es, según datos de las asociaciones de fabricantes, concesionarios y vendedores la mayor registrada en todo el país.
Los malos datos registrados en la comparativa entre los dos meses se suman al descenso ya acumulado, en el conjunto de Asturias, que en el mes anterior acumuló un retroceso del 17%, con una cifra de venta de 2.299 vehículos en toda la región, lo que representa el cuarto mayor descenso de España. En cualquier caso, el inicio de 2020 no está siendo halagüeño para el sector de la automoción en el conjunto de España.
Y febrero continúa esa tendencia negativa en las matriculaciones de vehículos que se inició en enero. En el caso avilesino de las 133 matriculaciones de turismos registradas en estas mismas fechas de 2019 se pasó a 91 el pasado febrero. En camiones se mantienen las cinco unidades uno y otro ejercicio, igual que camionetas. No hay ninguna aportación al padrón municipal de vehículos en el caso de autobuses (sin matriculaciones nuevas tanto en febrero de 2019 como en el mismo mes de 2020). A menos también va el registro de ciclo motores de cayó a la mitad con respecto al año pasado mientras en el caso de tractores tampoco hubo nuevas aportaciones al padrón de vehículos.
Especialmente destacado es el incremento de las matriculaciones de motocicletas entre febrero del año pasado y el mes recién finalizado, con un salto de 4 a 8, entre uno y otro ejercicio, lo que supone duplicar la tendencia de hace un años en el padrón de vehículos municipal.
En el conjunto de Asturias, en los dos meses transcurridos de 2020 se han puesto en la calle 181.063 turismos, lo que representa una caída del 6,8% con respecto al mismo periodo del año pasado. En febrero, las matriculaciones cayeron un 6% hasta las 100.693 y lo peor de todo, según fuentes del sector, es la falta de confianza hacia los nuevos vehículos y cuál de ellos adquirir en plena transición hacia un sistema de movilidad más sostenible. Los transportistas tampoco lanzan campanas al vuelo para renovar sus flotas.
