Exactamente el mismo número de toneladas de basura se produjeron en Avilés durante la última jornada de libertad y puertas abiertas (el viernes 13 de marzo) que ocho días después (el viernes 20). Fueron 71 toneladas de residuos las que tuvieron que recoger los trabajadores de Urbaser en las dos jornadas laborales.
La diferencia entre los dos días es que el día 13 los bares y las tiendas todavía estaban abiertos y llenos de personal. Una semana después, los locales están cerrados a cal y canto: no generan dinero, pero tampoco residuos. Esa falta la suplen ahora los domicilios, las familias. Más horas en casa, más residuos. Lo singular es que el resultado final es idéntico, según indican fuentes cercanas a la empresa Urbaser, la encargada de gestionar limpieza y recogida de basura en el municipio.
La empresa tiene calculada la media de producción de residuos a razón de un kilo por persona y día. Los avilesinos son algo más de 78.000, es decir, de estar todos en casa los empleados del servicio de limpieza hubieran tenido que recoger 78 toneladas. Lo particular es el cambio social vivido en tan solo ocho días y lo más peculiar es que el resultado final entre ambos días "sea clavado". La presunción, en principio así lo sienten desde la empresa, es que el número de kilos de residuos generados por los avilesinos había crecido, pero eso no ha sucedido.
Ordenanza de recogida
Por otra parte, el Ayuntamiento quiere activar una nueva ordenanza de recogida de basura -actualmente, en "stand by" como consecuencia de la crisis sanitaria-. El planteamiento es que los avilesinos cuenten con un margen de tres horas al día para tirar la basura: de las 20.00 a las 23.00 horas. El horario era hasta ahora más restrictivo y diferenciado en función de la época del año.
En esta misma ordenanza se dispone que comercios, bares, restaurantes, hoteles, supermercados, residencias y centros educativos reciclen sus residuos, incluidos los orgánicos. "La recogida de materia orgánica se extenderá a toda la ciudad, por zonas, y se irá implantando progresivamente. El objetivo principal es concienciar a la gente en este cambio cultural que además es obligatorio por la normativa europea. Hay que alcanzar unos objetivos de reciclaje y la fracción orgánica es la fórmula más rápida para conseguirlo", destacó entonces el concejal Pelayo García.
