Máxima tensión laboral en Konecta Avilés, la empresa especializada en la prestación de servicios telefónicos. A la concatenación de ERTE que anuncia la empresa -uno está en tramitación y ayer se comunicó otro que afectaría a 60 empleadas- se une la diferente interpretación que hacen la compañía y tres sindicatos (CSI, CC OO y UGT) de qué son servicios esenciales y, por tanto, justificarían la presencia física de 14 personas en las instalaciones (el grueso de la plantilla teletrabaja desde que se decretó el Estado de Alarma).

Ante la falta de entendimiento de la parte social y patronal, y en aras de preservar la salud de las trabajadoras, Inspección de Trabajo ordenó el pasado lunes, previa denuncia sindical, que la empresa cesara en la prestación de servicios no esenciales en el entendido de que el telemarketing no figura entre las actividades permitidas por el Gobierno. Trabajo avisa, así mismo, de que dará parte a la autoridad sanitaria si persiste la actitud de rebeldía de la empresa, que ayer por la tarde, según fuentes sindicales, mantenía los turnos de trabajo presenciales.