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"Gini", también confinada

La yegua de José Luis Ondina, habitual en el pasacalles de xarrés, se quedó en casa por primera vez en tres decadas: "Este año las fiestas desaparecen todas", augura

José Luis Ondina, con algunos de los carros que tenían que haber salido en el desfile del Bollo de Avilés. MARA VILLAMUZA

"Gini", la yegua de José Luis Ondina Peláez, no salió ayer en el desfile del Bollo por primera vez en más de treinta años. El tradicional pasacalles con los carros y xarrés de este vecino de Molleda (Corvera) también se suspendió, como otros tantos actos festivos en la ciudad, como consecuencia de la crisis sanitaria del coronavirus. Pocos días antes de que se decretara el estado de alarma y con ello todas las medidas de confinamiento que han impedido que este año tuviera lugar una de las citas con más solera del calendario festivo avilesino, el propietario de la yegua ya había apalabrado la presencia de cuatro parejas de bueyes y varios caballos más para acompañar la salida de "Gini" en estas fechas por las calles de Avilés. "Enseguida nos avisaron de Festejos que se suspendía todo", relata Ondina, "nos fastidió un poco, pero la gente los aceptó de buen grado".

Su mayor pesar es no haber podido ver engalanada parte de su colección de utensilios agrícolas y ganaderos en desuso. Esa afición dio pie a un amplio muestrario de carros del país y xarrés, habituales en un buen número de romerías asturianas. "La primera que trajimos fue una calesa de Jerez de la Frontera", recuerda.

Ninguno de los elementos de su particular museo etnográfico pudo salir ayer a la calle. "El año pasado estuve en Llanera y muchos años en la Ascensión, en Oviedo. Este año me parece que todo eso desaparecerá", augura sobre las próximas fiestas. Y aunque él admite que "no vivo de esto", lamenta que la pandemia global por un virus que llegó de China haya pasado factura a una de las fiestas más concurridas de la Pascua. Hoy tampoco habrá Comida en la Calle en Avilés. "Nos queda para largo el confinamiento", se atreve a aventurar Ondina, "aunque yo hago casi vida normal", dice desde su particular aislamiento en la casa del pueblo de Molleda.

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