La exitosa fórmula colaborativa que tenían los puertos de Avilés y Santander para contratar de forma conjunta los trabajos de dragado de sus respectivos canales de navegación y zonas de maniobra náutica ha tenido que ser disuelta por orden de la Abogacía del Estado, que vio en esa sociedad elementos susceptibles de vulnerar los principios comunitarios de competencia. De ese modo, la Autoridad Portuaria de Avilés vuelve después de años a licitar en solitario unos trabajos que cuando se sacaban a oferta pública con el puerto de Santander resultaban más económicos porque surgían economías de escala. Los criterios jurídicos han pesado más que la eficacia financiera.
La oferta de trabajos de dragado que hace el Puerto de Avilés se sustancia en un contrato de 2,28 millones de euros (las empresas interesadas deben competir rebajando esa cantidad) a ejecutar durante cuatro años y consistente en la ejecución de dragados de mantenimiento en la denominada "zona activa del puerto zona de barra y canal de entrada". El calado nominal de esta zona y al que debe restituirse el canal de navegación cada vez que se lleve a cabo una operación de dragado es 12,75 metros medido respecto al cero del Puerto de Avilés.
El volumen a dragar al año puede alcanzar hasta 60.000 metros cúbicos y en los cuatro años, hasta un total de 240.000. Para el dragado se utilizará una draga de succión en marcha con un volumen de cántara igual o superior a 1.500 metros cúbicos y con profundidad de dragado 14 metros. Durante el dragado se prohíbe el rebose de la cántara.
