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El Palacio Valdés de los aplausos

Sergio Peris-Mencheta, Juan Mayorga, Albert Boadella, José Sacristán y José María Pou celebran los cien años del odeón en las redes sociales

El Palacio Valdés de los aplausos

Sergio Peris-Mencheta es muy de Avilés de toda la vida. Del Centro Niemeyer y también del Palacio Valdés, que este año está de centenario, un centenario confinado, pero finalmente un centenario. El odeón local encontró hace dos décadas el camino a seguir para hacerse hueco en el parque teatral del país: una ciudad en las afueras de las afueras poco a poco alcanzó metas que salas capitalinas tienen aún en horizontes lejanos así como si nada. Peris-Mencheta, que es uno de los fijos del Palacio Valdés, no lo oculta en uno de los vídeos que el Ayuntamiento de Avilés viene publicando estos días de reclusión en sus redes sociales. Y tampoco lo ocultan José Sacristán, Albert Boadella, Juan Mayorga o José María Pou.

El centenario del Palacio Valdés, tapado por el embozo de la cuarentena, camina con pasos grandes hacia la normalidad. "Avilés es un lugar maravilloso para nacer, para que las obras vean la luz, para que tomen el primer aliento y, luego, encima se come maravillosamente. Estoy deseando poder volver porque eso será señal de que los teatros otra vez se llenan y que la actividad teatral y cultural de la ciudad vuelve a estar como hace unas pocas semanas", explica Peris-Mencheta, que estrenó en el añoso teatro avilesino "Continuidad de los parques", "La puerta de al lado" y su obra maestra, "Lehman Trilogy", su doctorado en dirección escénica. Porque Peris-Mencheta en realidad comenzó como actor de teleserie y de ahí saltó a la escena para ser Marco Antonio, por ejemplo, en el "Julio César" último que se ha montado en España: con Mario Gas y Tristán Ulloa. Se vio en el Centro Niemeyer, como su penúltima dirección: "¿Quién es el señor Schmitt?", que se estrenó al otro lado de la ría el año pasado con Javier Gutiérrez más que grande. Y ahora Peris-Mencheta vuelve a la pantalla. Está en "Snowball". Y en el último Rambo. Sí, con Stallone.

Juan Mayorga es uno de los dramaturgos españoles más importantes de lo que va de siglo y, aunque es madrileño fetén, se ha colgado por Avilés sin remilgo. Aquí, en Versalles, en el centro cultural de Los Canapés, se estrenó como director de escena con "La lengua en pedazos", un texto galardonado con el Premio Nacional de Literatura Dramática. A partir de ahí ha traído casi todo, entre otras cosas, su "Reikiavik" y, últimamente, "El mago". Ahí, montando esa comedia metafísica, en la platea diseñada por Manuel del Busto, es donde explica que "se siente uno emocionado de estar aquí, en un teatro que está cumpliendo 100 años y en el que uno tiene la suerte de estar en alguna nota a pie de página de su historia", dice un tipo que tiene el premio "Europa Nuevas Realidades Teatrales", el "Valle-Inclán", dos Nacionales y cinco "Max". "El Palacio Valdés ha sido muy importante en mi carrera", destaca. "Este espacio ha sido un templo del teatro, ha sido un lugar capaz de convertirse en un espacio de reunión y de imaginación, donde unos actores ayudaron a los que se sentaron aquí a examinar sus vidas, es un lugar lleno de sueños".

La importancia del Palacio Valdés en la propia obra es algo que destaca el legendario director de "Els Joglars", Albert Boadella. Dice: "El Palacio Valdés es uno de estos espacios que la gente del gremio, los comediantes, cuando ya entramos en él nos sentimos enormemente motivados, exactamente igual que el público", cuenta el director de escena del musical "¿Y si nos enamoramos de Scarpia?", su último estreno en el odeón avilesino, que se transformó por entero cuando inició la gira de "El pimiento Verdi", un musical, un duelo a primera sangre entre el compositor italiano y el mayor de entre los alemanes (Wagner): "Una de las experiencias mejores de mi vida fue ver 'El pimiento Verdi' con todo el patio levantado, con mesas, como si fuera un restaurante, con los intérpretes jugando por el medio de los espectadores".

Otro grande de la escena es José Sacristán, un actor que últimamente trajo a la ciudad "Señora de rojo sobre fondo gris", un soliloquio basado en una de las últimas novelas de Miguel Delibes. "Para nosotros es un verdadero honor hacer aquí nuestro trabajo, pisar estas tablas es, sencilla y simplemente, un honor. Pocos lugares son como este".

José María Pou también es actor, otro de los visitantes habituales de sus dos escenarios preciosos. "Ya me gustaría tener más años de los que tengo: por el simple hecho de haber conocido este teatro mucho más tiempo, haber venido antes y haberlo disfrutado antes".

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