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El sector turístico teme un verano negro: sin visitantes y con muchas restricciones

"Sería muy importante recibir viajeros de toda España", advierten los empresarios, que estiman que el 80% de sus clientes son foráneos

Aspecto de la playa de Verdicio, ayer. MARA VILLAMUZA

Incertidumbre y temor a las posibles medidas preventivas que dicte el Gobierno ante un verano que puede ser "negro". Esa es la sensación generalizada entre los empresarios de actividades relacionadas con el mar de la comarca, que aguardan con tensión la llegada de información oficial sobre cómo será la famosa desescalada para salir de la crisis del coronavirus. Los aforos y las restricciones a la llegada de turistas de otras comunidades son sus principales preocupaciones: "Lo fundamental es que nos dejen abrir, pero de hacerlo, sería muy importante poder tener visitantes de toda España".

En la última década el surf se ha convertido en una de las actividades económicas más destacadas ligadas a la playa de Salinas (Castrillón), la más concurrida de la comarca. La localidad, "capital regional del surf", cuenta con más de media docena de escuelas dedicadas a este deporte y otros tantos alojamientos. Tras una oleada de cancelaciones en Semana Santa y los puentes de mayo, los empresarios del sector advierten que mantener clausurados sus establecimiento durante el verano podría ser fatal. "Muchos tendrían que echar el cierre definitivo", advierten.

La confirmación -ayer- de que la vuelta a la normalidad no será igual en todas las regiones de España les supuso una importante inyección de moral, al ser Asturias una de las comunidades menos afectadas por el COVID-19. "Aun así, lo básico para nosotros es que permitan a la gente de otras comunidades venir a Asturias", advierte el empresario Carlos Meana, de El Pez Escorpión, quien asegura que aproximadamente entre un 70 y 80 por ciento de su clientela en periodo estival es de fuera de la región. "Si no nos dejan abrir este verano será catastrófico. Si acotan los desplazamientos, el mal será menor, pero tendremos un problema muy gordo", agrega.

Ese es una de las principales preocupaciones de Francisco Javier Lombardo, al frente del chiringuito Las Dunas de Verdicio (Gozón), la meca de los "cazaatardeceres" en el litoral asturiano. "Estamos en un momento de incertidumbre tal, que no sabemos si finalmente podremos abrir", explica el empresario, expectante ante las futuras medidas de seguridad que pueda decretar el Gobierno para la reapertura. "Doy por hecho que habrá que renunciar a los conciertos y al cine al aire libre, pero confío en que no obliguen a poner mamparas ni nada parecido. Preferiría cerrar que adoptar esos sistemas", afirma.

También augura un verano complicado Pedro Puigdellivol, patrón de "La Carmela", la barca que realiza viajes turísticos por la ría del Nalón. "Cerca de un 75 por ciento de nuestros clientes son de fuera de Asturias", afirma el marinero, que teme que este año la embarcación no surque las aguas de la ría: "Si tenemos que acotar aforos y demás, probablemente salga más a cuenta quedarnos en casa".

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