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La caída de las ventas asfixia a las cofradías pesqueras y amenaza el empleo de sus plantillas

Si el grueso de la flota amarra al acabar la costera de la xarda, posibilidad que cada día cobra más cuerpo, "será catastrófico", alertan los patrones

Cajas con chicharros decomisadas ayer en el puerto de Avilés.

La epidemia de coronavirus ha llevado a la uvi financiera a las cofradías de pescadores asturianas, que con la excepción de Avilés y Gijón gestionan las lonjas pesqueras de los pequeños y medianos puertos de la región. "La facturación de las rulas gestionadas por cofradías de pescadores ha bajado, de media entre el 30 y el 40 por ciento. Pese a esa pérdida de ingresos, los gastos y las obligaciones de pago se mantienen constantes: sueldos, suministros, seguros y letras de los créditos en los casos en que hubo endeudamiento. La situación es insostenible. O alguien nos tira un salvavidas o pronto empezarán a tomarse medidas drásticas", advierte el presidente de la Federación de Cofradías de Pescadores de Asturias, Adolfo García Méndez.

La tormenta perfecta amenaza con desarbolar a las cofradías pesqueras asturianas. La contracción de la oferta en sintonía con la menor demanda de pescado al haber cerrado bares y restaurantes, unido a la depreciación del valor de la mayoría de las especies y la paralización de las actividades de marisqueo por el hundimiento de los precios ha mermado sustancialmente los ingresos de las cofradías, en una elevada proporción dependientes de la tasa que repercuten a las ventas en rula. A esa situación de fondo se une la imposibilidad de realizar expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) por tener la consideración de sector esencial (alimentación). La gota que ha venido a colmar el vaso es la exclusión de las cofradías del paquete de ayudas con el que Europa acude al rescate del sector pesquero; las cofradías se quedan fuera de ese plan por no tener la consideración de organizaciones de productores pesqueros (OPP), un tecnicismo que las cofradías entienden que debería ser pasado por alto en una situación de emergencia como la que se vive.

Para acabar de complicar el panorama, crece el temor a que el grueso de la flota asturiana (ahora ocupada en el tramo final de la costera de la xarda) amarre durante el mes de mayo para acogerse a las ayudas europeas a la paralización de la actividad y habida cuenta de que no es rentable salir a pescar la mayoría de las especies por su bajo valor comercial.

"Las cofradías están en apuros financieros, pero si la flota amarra la situación se tornará catastrófica porque entonces no habrá pescado que subastar, los ingresos caerán a cero y habrá que cerrar instalaciones o despedir al personal por la imposibilidad de pagar los sueldos. Es imperioso que se articulen medidas de apoyo", recalca el presidente de la federación regional.

En puertos de la comarca avilesina, como Luanco y Cudillero, suscriben los temores de Adolfo García Méndez, admiten que están "con el agua al cuello" y en el caso pixueto, el patrón mayor, Salvador Fernández, recrimina al Gobierno central que no haya intentado hacer ver a ojos de la Unión Europea que la figura de las cofradías es homologable a la de las OPP para así incluir a las primeras en la lista de sectores que pueden solicitar apoyo financiero.

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