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MARIVÍ MONTESERÍN | Alcaldesa de Avilés (PSOE)

"Veo muy lejanos, aunque no imposibles, los fuegos y conciertos de San Agustín"

"Los ayuntamientos tenemos unos ahorros, pero no considero prudente gastarlos todos ahora, no sabemos lo que nos deparará esta crisis"

"Veo muy lejanos, aunque no imposibles, los fuegos y conciertos de San Agustín"

El tamaño de Avilés es un punto a favor para el municipio en esta desescalada hacia lo que se ha bautizado como "nueva normalidad", considera la Alcaldesa. Mariví Monteserín insiste en que los avilesinos tuvieron "una actitud ejemplar" durante el confinamiento. Pero avisa: "Ahora viene lo más complicado. Antes cumplíamos una orden, estar en casa, y a partir de ahora tenemos que ser responsables en la calle. Si lo logramos, no daremos pasos atrás".

- Está a la espera de que Madrid anuncie nuevas medidas que permitan a los ayuntamientos ser más flexibles en el gasto del superávit, ¿qué pide el de Avilés?

-Exactamente eso, flexibilidad. No somos un Ayuntamiento que en estos momentos quiera gastar el 100% del remanente. Creemos que hay que dosificar. Hay muchas necesidades, poco dinero y mucha demanda de gasto, no solo social, también en materia de promoción económica, tenemos menos ingresos por no cobrar tasas? Estamos en una situación en la que es imposible atender toda la demanda con nuestra capacidad económica. Los ayuntamientos tenemos unos ahorros, pero no considero prudente gastarlos todos ahora.

- Explíquese, ¿cuál es su planteamiento?

-No sabemos lo que nos deparará el tiempo. No sabemos si en septiembre va a estar todo solucionado o no. No sabemos el impacto económico en destrucción de empleo, cuánto se va a recuperar. Vamos a tener que incrementar mucho nuestros fondos sociales y también la ayuda para los sectores económico, empresarial, de autónomos, cultural y social. Todo eso está por venir. Soy partidaria de ser prudente en el gasto.

- ¿Y en qué se traduce esa prudencia?

-En que hay que ir paso a paso. Con la capacidad que nos da el superávit, el Gobierno nos permite llevar 1,3 millones (el 20% del total) a gasto social. Vamos a incorporar las necesidades que tenemos en este ámbito y que ya son derivadas del momento actual: ayudas de emergencia, a la vivienda, para material escolar? Esa parte la vamos a agotar ahora. Si los siguientes conceptos de gasto del superávit, hasta los 5,2 millones después de la amortización de deuda, va todo a inversiones sostenibles, las seguiremos haciendo, que tenemos muchas necesidades y es importante que no se pare la actividad de obras y de mantenimiento, porque también da empleo. Si nos dan más margen de gasto social, aplicaremos dinero a las necesidades que tengamos aproximadamente en septiembre u octubre. Y, si no, tendremos que hacer una revisión de nuestro presupuesto y una modificación de partidas, incorporando a gasto social las que no se hayan agotado. Lo importante es dar cobertura y mantener la cohesión social.

- ¿Un millón menos de ingresos en mes y medio, es mucho o poco?

-Es una cantidad importante, sí. Por eso no podemos gastar ahora alegremente todo lo que tenemos. Y estamos ante un problema muy complejo que no se soluciona solamente a base de insuflar dinero. Quizás hay que hacer cosas de otra manera. Hay que mirar con perspectiva hacia final de año y, sobre todo, pensar en el presupuesto del año que viene. En una situación como la actual, es posible que en otoño el debate de impuestos y de tasas sea sobre un incremento, cuando la población no va a estar para subidas. El año que viene será difícil, hay que pensar en eso. No podemos abordar esto mirando solo a las necesidades del hoy. No te puedes dejar llevar por la inmediatez.

- Ha anunciado la creación de una comisión sobre las consecuencias económicas del COVID-19. ¿Cómo será su estructura? ¿Qué propuesta llevará al Pleno del día 15?

-Es una comisión especial, pero en cuanto a composición será igual que el resto. Estará operativa mientras dure esta crisis en sus diversas manifestaciones. Será la que eleve al Pleno las propuestas o la que estudie y profundice en las medidas que surjan desde la sociedad, desde otros ámbitos o desde el propio Ayuntamiento. Será el espacio político de análisis de la situación y de propuestas.

- ¿Y llega tarde? Algunos grupos municipales así lo creen.

-Creo que el Ayuntamiento ha estado desde el minuto uno poniendo en marcha todas las medidas necesarias para adaptarnos a la declaración del estado de alarma e incluso fuimos más allá, por ejemplo aparcando las tasas de terrazas y reduciendo las de la basura, hemos ido resolviendo problemas en todos los ámbitos. En las juntas de portavoces no hubo ninguna propuesta concreta de algo que no hubiéramos hecho y que fuera necesario. En ese sentido estoy tranquila. Lo hemos hecho lo mejor que hemos podido y ha funcionado bien Educación, Servicios Sociales, la policía local, los servicios informativos municipales. Ahora estamos ya en otra fase, en la de aplicar lo que el martes dictaminó el Gobierno y desde esa noche ya estamos trabajando para ver cómo reordenar las terrazas, para que puedan dar el mejor servicio y garantizar la seguridad de la ciudadala.

- Las limitaciones de clientela del plan de desescalada anunciado por el Gobierno deja en apuros a los negocios de hostelería,: terrazas al 30%, más adelante restaurantes al 50% y sin servicio de bar? Han anunciado que permitirán ampliar terrazas y el plazo de suspensión de la tasa.

-Sí, justamente eso estamos mirando. El criterio es siempre intentar ayudar a la hostelería lo más posible sin crear agravios con otros sectores. Creo que hay que prorrogar el no cobrar las tasas de terrazas al menos durante un tiempo. Si en un periodo de tiempo razonable pueden recuperar su actividad dentro y fuera del establecimiento, se volverían a cobrar las tasas. Hay que hacer un encaje jurídico y en ello estamos. Nuestra intención es facilitar al máximo que se pueda convivir con seguridad en las terrazas y por supuesto que los hosteleros puedan tener ingresos en estas fases. Hay que buscar el equilibrio entre la seguridad y el desarrollo económico.

- ¿Sopesan lanzar alguna línea de ayudas en caso de que los negocios tengan que hacer inversiones para reabrir?

-No creo que tengan que hacer inversiones para reabrir. El foco va a estar en la higiene, en que haya alcohol para las manos, por ejemplo, pero no creo mucho en todo eso de las mamparas y demás. Creo que está muy claro lo que nos dicen los que saben de esto: hay que mantener una distancia de entre 1,5 y dos metros y una higiene. Sería muy precipitado aconsejar ese tipo de inversiones. Me acuerdo mucho de la ley del tabaco y de los errores que hubo en ese sentido. Si vas a estar en una mesa separado de tu acompañante y comiendo con una mampara, no creo que el servicio tenga mucha demanda. Aconsejo prudencia para no hacer un gasto que no merezca la pena y sentido común para hacer las cosas bien.

- ¿Distribuirán mascarillas a la ciudadanía?

-No, de momento no. No son obligatorias. El Gobierno hace una recomendación. Nosotros tendremos para nuestros trabajadores. Si hubiera una implosión y fuese necesario, lo haríamos, pero no tenemos esa obligación y no parece una cuestión imprescindible.

- ¿Damos por perdidas las fiestas de San Agustín y la programación en la calle este verano?

-Buena pregunta. Si cumplimos bien las fases que están definidas hasta finales de junio, podría caber alguna posibilidad. Pero no soy adivina. Sé que las fiestas son muy importantes, pero si no se puede celebrar un año, se hace al siguiente si con ello contribuimos a nuestra salud. Si salimos de esta, habrá mucho tiempo para hacer fiestas y para celebrar. Las grandes aglomeraciones de la noche de fuegos o de un concierto con mucha gente las veo lejanas, aunque no imposibles. Dependerá mucho de cómo hagamos las cosas hasta finales de junio. Va a ser muy importante la actuación individual de cada ciudadano. Nosotros vamos a poner todo de nuestra parte pero a ver si vamos superando las fases, son como exámenes.

- Unas fiestas no se organizan de un día para otro. En el mejor de los casos, ¿daría tiempo?

-Con un mes de antelación se puede organizar actos, pero lo veo complicado. Creo que esos niveles de movilidad y de tránsito de personas, hasta que el virus esté erradicado totalmente es muy difícil.

- ¿La Comida en la Calle sí que ya está perdida? ¿Habrá que esperar a 2021?

-Sí, eso sí.

- ¿Se retomarán los planes de empleo?

-En la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) se hicieron una serie de propuestas al Gobierno en las que se contempla un contrato específico de la administración local para los planes de empleo. Si eso se lleva a cabo, podremos hacer planes de empleo. Si no, no. Eso no quiere decir que no contribuyamos a generar empleo a través de otros instrumentos, por ejemplo con las empresas de inserción para quienes tienen más dificultades de entrar en el mercado laboral. Vamos a explorar, como hemos venido haciendo, todas las posibilidades. Pero nos parece fundamental que se cambie este tipo de contrato. Vendría bien a todas las administraciones, no solo a las locales. Con eso despejaríamos una duda fundamental.

- Los sindicatos piden refuerzos en Servicios Sociales. Avanza pide la contratación de al menos cinco profesionales. ¿Se hará?

-Quizás con el tiempo, sí. En estos momentos tenemos a cuatro personas de baja y tenemos las listas para echar mano de las contrataciones ya vacías, no solo nosotros sino también otras administraciones. Nos estamos planteando incluso ir al Sepepa (Servicio Público de Empleo del Principado de Asturias) a buscar gente, aunque no es lo habitual. De momento estamos aguantando con una gran profesionalidad por parte de nuestros área de Servicios Sociales y posiblemente, si las cosas siguen como pensamos, haya que aumentar temporalmente el número de trabajadores.

- La situación de la gran industria es alarmante?

-Es preocupante, pero también es una fortaleza de nuestra comarca tener esa gran industria. Hay que estar muy atentos a su situación y el Ministerio tiene que tomar algunas decisiones. Estamos mucho mejor que aquellas zonas que solo viven del turismo.

- ¿A qué decisiones se refiere?

-El Estatuto de la Industria Electrointensiva es muy importante, por ejemplo, para tres de nuestras industrias. Y luego tenemos la situación de la antigua Alcoa. Ahí el Ministerio tiene que estar muy atento para salvar la situación.

- La situación de la fábrica de aluminio se está convirtiendo en un culebrón. ¿Qué mensaje traslada a los trabajadores, a los que las administraciones prometieron un seguimiento del proceso de venta y se han encontrado de la noche a la mañana con unos nuevos dueños de los que no se fían ni los responsables públicos?

-Hay que estar del lado del Ministerio, que está haciendo un gran esfuerzo. Tenemos claro que la fábrica tiene futuro porque el aluminio lo tiene también, no sé si el que tiene que ver con el proceso de electrolisis, pero sí el aluminio verde, el de economía circular. Lo que necesitamos son unos gestores que sean capaces de desarrollar un plan industrial que mantenga el empleo y la actividad. Y no parece el perfil de los que han querido asomarse a la solución, Parter. En esa comisión hay que actuar. La actual no es en absoluto una situación favorable para el futuro de la empresa.

- ¿Teme que los grandes proyectos pendientes sufran parones, dada la grave crisis?

-Estamos ante una situación muy compleja que nos va a resituar en muchas cosas. Es fundamental salvar todo lo que tiene que ver con el futuro estratégico de la ciudad. Y a la vez, hay que trabajar en los cambios que vienen. Esta crisis ha acelerado cambios que presentíamos, incluso algunos que estábamos abordando con timidez.

- ¿Por ejemplo?

-La movilidad. La estábamos abordando, teníamos un plan estratégico y los peatones íbamos tímidamente ocupando espacio de los automóviles y haciendo la ciudad más amable. Este virus ha acelerado eso. Y no solo lo asumimos los representantes públicos, también la ciudadanía. Los que ayer pedían más aparcamiento, seguro que hoy piden más espacios para la salud y el peatón. Y como eso, muchas cosas.

- ¿Cómo cuáles?

-El teletrabajo, que era una posibilidad y se ha convertido en una solución para muchas familias, se puede llevar a término con total productividad. Quizás ahora se extienda. La tecnología ha sido nuestro gran aliado durante el confinamiento, el big data. Tenemos que mirar hacia el futuro y definir si queremos incorporarnos a esa aceleración de cambios. Las relaciones culturales y sociales van a cambiar. Y ahí también tenemos ventajas. Tenemos un Niemeyer con una plaza extraordinaria para hacer cosas, algo que de lo que no disponen en otros lugares. Mi abuelo decía que en la necesidad agudiza el ingenio. En estos momentos tenemos mucha necesidad. La receta no es menos presión fiscal y más gasto social, esa ya sabemos que no funciona, que no existe. Se requiere innovación desde todos los ámbitos.

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