Van vestidos de negro, son hosteleros y se niegan a abrir sus locales. Critican las fases de la desescalada por el confinamiento y afirman que las directrices marcadas por el Gobierno no sólo no les convencen sino que las tildan de inviables. La reducción de las terrazas les mosquea porque tienen que hacer frente no solo a los gastos de productos sino al alquiler, la luz, el agua, la recogida de basuras y demás. "Así no salimos adelante", indicó el hostelero Juan Palizas, que ayer salió a las 12.00 horas a la puerta de su local, vestido de negro, y con reclamaciones dirigidas al Ayuntamiento: "Nos están cobrando un agua que no consumimos, como mínimo son 200 euros y sin gastar un litro desde que comenzó el confinamiento. Si no reducen al mínimo o eliminan esa tasa es un pecado mortal para todos los hosteleros de la ciudad", afirma este propietario de un establecimiento de Sabugo, barrio donde varios locales se sumaron a la protesta.
En Las Meanas, Francisco Fernández y Katy Ortiz también salieron a la puerta de su local vestidos de pantalón y camiseta negras: "En estas condiciones no vamos a abrir, y no lo haremos ni el día 11 de mayo ni el 25. Queremos abrir en condiciones de seguridad, como lo hacen los supermercados u otros negocios, empleando unas medidas de higiene y mantenimiento la distancia de seguridad entre los clientes", señaló Fernández, que por el momento no se ha propuesto ninguna fecha concreta para abrir las puertas de su negocio.
"Los bares, ¿qué somos? ¿un foco de infección diferente?", se preguntó la camarera Katy Ortiz, que criticó también las "trabas" que sufren los hosteleros para abrir "en unas condiciones de normalidad". "Tengo tres mesas de terraza, si aplicamos esta medida del Gobierno me quedo con una... entonces cómo podemos pagar la luz, el agua y todo y afrontar los gastos que tiene un bar", concluyó Fernández, también de negro y con las ideas claras: "Así no abro".
