El presidente del Principado, Adrián Barbón, admitió ayer miércoles su indignación por la situación que está viviendo la antigua Alcoa después de que Parter haya vendido sin previo aviso las plantas de Avilés y La Coruña al Grupo Riesgo. La indignación es tal que ha pedido al Ministerio de Industria que analice la operación "con el rigor y las exigencias necesarias con quienes nos han engañado".
En una intervención en el pleno de la Junta General, Barbón dijo que en su Gobierno se sienten "engañados e indignados" por una operación que desconocían tanto el Principado, como el Ministerio de Industria y los sindicatos. Tras expresar su solidaridad con los trabajadores, el jefe del Ejecutivo asturiano afirmó que su Gobierno está en permanente contacto con el Ministerio de Industria para pedirle que afronte la situación.
El fondo suizo Parter ya fue convocado por Industria el pasado 28 de abril a una reunión en la que siguió sin aclarar los planes de inversión y de empleo para ambas factorías, que suman más de 600 empleos, y sin justificar la solvencia técnica y económica del Grupo Riesgo, según explicó entonces la directora general de Industria del Principado, Rosana Prada. En ese encuentro, en el que participaron los gobiernos de Galicia y Asturias, los comités de empresa de las plantas y la federaciones de Industria de varios sindicatos, el secretario general de Industria, Raúl Blanco, reclamó a Parter que respete la legalidad, el contrato suscrito con Alcoa y los compromisos de actividad y empleo asumidos hasta 2021.
