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Grupo Industrial Riesgo comienza a recibir ofertas para dejar las plantas de Alu Ibérica

Parter Capital, sin abandonar del todo Avilés, tomará el control del negocio de parabrisas de Guardian, en Vitoria, a comienzos de esta semana

La fábrica avilesina de Alu Ibérica. RICARDO SOLÍS

Grupo Industrial Riesgo no lleva ni un mes en Avilés y La Coruña y ya cuenta con ofertas millonarias para que se marche. Los negocios a los que se dedica la sociedad Alu Ibérica tienen muchos novios. La situación embarullada que sale de la gestión de David Domenech y del entorno del que se ha rodeado (asesores legales, empresariales) incentiva la querencia de sustituirle.

Domenech ha tomado el control absoluto de la compañía hace pocos días. Hasta ahora este control lo tenía que compartir con Parter Capital, el fondo suizo "serio y solvente" que eligió Alcoa para que se quedara con las fábricas. Los de Rüdiger Terhorst mantienen el 25,1 por ciento de las fábricas, es decir, no se han ido del todo de Avilés. Lo que sucede es que sus intereses van por otro lado: la semana que viene tiene previsto hacerse con el control del negocio de parabrisas de la empresa Guardian, competencia de Saint-Gobain.

Los hombres de Parter aseguraron a los trabajadores de la vidriera que la pérdida de interés en el negocio del aluminio avilesino y gallego era un incentivo para su nueva aventura (vender parabrisas a un mercado en coma como es el del automóvil).

Las sospechosa gestión de Domenech (que cuenta con el apoyo, o eso es lo que figura en el plan de negocio que presentó Guillermo Ruiz en Avilés, está José Pulpeiro, que fue el director de la planta de Alcoa en La Coruña) se ilustra con la orden de limpieza de maquinaria dada a los trabajadores de la planta avilesina. En esto y también en la acumulación de lingotes de aluminio en una nave (esta presentación del metal es la requerida por el sector del automóvil, que no está en su mejor momento).

Domenech controla todo en las dos plantas desde hace menos de un mes. Trabaja de manera indistinta en La Coruña y en Avilés. Su experiencia en el sector del aluminio no está contrastada (Manuel Riesgo, la empresa que adquirió al principio de su aventura empresarial española, es una distribuidora de productos de droguería). Había presentado una oferta de compra sobre las dos fábricas en el período inicial del "casting". Se fue por donde había llegado porque su proyecto no era "ni serio, ni solvente". Lo fue, sin embargo, el de Parter, que un mes después de firmar ya se estaba yendo.

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