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Terrazas a medio gas con amigos

"Hay menos gente de la esperada", dicen los hosteleros, pendientes de la repercusión económica de las nuevas rutinas

Terrazas a medio gas con amigos

El primer día de la nueva normalidad amaneció temprano en las terrazas de los bares avilesinos, en los que hubo trasiego de clientes desde primera hora de la mañana. "Eso sí, menos del esperado", coincidían varios hosteleros, en una jornada marcada por las agradables temperaturas en una soleada mañana en la que mesas y sillas ya ganaron terreno a la calzada.

La reapertura de los bares y cafeterías generó gran expectación entre la clientela. "Tuvimos clientes desde primera hora. Muchos de ellos habituales", aseguró Carlos García Rubio entre viaje y viaje de la terraza al interior de su local, en una plaza de los Hermanos Orbón ayer extraña sin mercado. "Si no hubiesen desplazado el ferial -al vecino parque del Muelle- no tendríamos sitio para las terrazas", apuntó el empresario, que sólo tiene instaladas ocho de las catorce mesas. "Aún es pronto para valorar cómo funcionará la cosa, pero desde luego estamos trabajando con menos del 50 por ciento de la capacidad".

"Teníamos muchas ganas de salir a la calle y ver a los amigos. Llevamos ya dos meses en casa", reconoció Guillermo de la Fuente, ante un café recién servido y rodeado de amigos. "Salimos sin miedo. Lo que está claro es que hay que salir con precauciones. Mantener distancias y tener cuidado con las reuniones", explicó.

El mismo análisis realizaba Iratxe Miranda, al frente de una cafetería en la calle San Bernardo. "De momento ha habido poca gente, pero entendemos que es lo normal. Poco a poco irán saliendo más a la calle, sobre todo, cuando vayamos avanzando de fases", explicó la hostelera, que en este primer paso hacia la vuelta a la normalidad ha puesto en marcha una novedosa iniciativa: descuenta 20 céntimos en el café a todos los clientes que traigan su propio vaso o termo de casa.

La idea surgió ante las restricciones para reabrir los establecimientos hosteleros. "Como sólo podemos ocupar la terraza al 50 por ciento, pensamos que podíamos incentivar el café para llevar, que tenemos desde hace tiempo. Ahí se nos ocurrió que cada uno viniese con su propia taza, como se hace en muchas ciudades del mundo", explicó Miranda.

Para la hostelera todo son ventajas en esta iniciativa. "Por un lado evitamos generar residuos con tanto vaso desechable y, por otro, permitimos que aquellos clientes que puedan estar más preocupados por usar una vajilla fuera de casa o que no tengan sitio en la terraza puedan disfrutar de un café", relató, al tiempo que aclaraba que todo el personal del establecimiento cumple a rajatabla las normas de desinfección: "Desde siempre utilizamos un método de lavado bastante más exigente que el que ahora establece el Gobierno".

A media mañana de ayer habían sido pocos los que clientes que se habían sumado a la iniciativa. "Esta mañana solo dos, pero aún es pronto. La gente apenas ha salido de casa", apuntó Miranda.

La singularidad del primer día de la fase 1 de la desescalada se vio más acentuada si cabe por el traslado del mercado de los lunes al parque del Muelle, una decisión municipal tomada para garantizar la distancia de seguridad entre puestos y permitir la instalación de terrazas en Hermanos Orbón; un cambio que gustó y disgustó a partes iguales a zabarceras y clientes. "La ubicación es mala. Nosotros teníamos que estar en la plaza. Si un día a la semana los bares tienen que estar sin terraza, que lo estén; pero allí teníamos que estar nosotros", criticó con amargura el agricultor Manuel Ángel Iglesias, natural de Valliniello, firmemente convencido de que la nueva ubicación del mercado, que comenzó a celebrarse a finales del siglo XV, les perjudica: "Aquí viene menos gente y si llueve estamos perdidos".

Lo mismo opinó Paulina Panera. "Nos tratan como a zapatillas. Aquí estamos muy mal", se quejó la zabarcera, quien espera que esta situación sea meramente transitorio: "Pretender mantener esta ubicación cuando venga el mal tiempo es una locura".

La nueva ubicación sí convenció a la gozoniega Eloína González. "Es un lugar más resguardado y muy guapo. Si tuviésemos una techumbre para el invierno, yo me quedaría aquí", aseguró la agricultora en una jornada de plaza en el que no hubo lugar para los vendedores ambulantes.

La disparidad de opiniones también era general entre los compradores. "Aquí se está muy bien. Se ven menos puestos, pero sigue habiendo suficiente para comprar", aplaudió la avilesina María Antonia González mientras a su lado, la también vecina del concejo Mari Luz Gómez se mostraba disconforme: "No tiene sentido que haya tan pocos puestos. Esto está muy alejado. No es lo mismo comprar aquí".

Más información en las páginas 26 a 29

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