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Amigos y compañeros del fallecido en accidente laboral le recuerdan con emoción: "Era la alegría del vestuario"

Jesús Costales, "Patronín", fallecido en accidente laboral, era un amente del fútbol y la montaña, y muy famliar

Jesús Costales posa junto a su perro "Stuart" en Sotres (Cabrales).

Jesús Costales García, Chus para sus amigos, siempre tenía un motivo para sonreír. Esa alegría se truncó a los 44 años en un accidente laboral, este martes. Falleció tras quedar atrapado al volcar la carretilla elevadora de gran tamaño con la que trabajaba en la empresa Windar, en unas instalaciones que el grupo Daniel Alonso tiene alquiladas a Arcelor Mittal y que formaban parte del antiguo tren de laminación de Ensidesa.

Costales tenía la costumbre de llamar a sus amigos y allegados "patrón", un apelativo con marcado acento marinero y luanquín. Su entorno también le llamaba "patrón" o "patronín" bien fuera en el ámbito laboral o en Luanco, su villa de siempre. "En el trabajo era de los que llenaba el vestuario con su alegría, siempre estaba con una sonrisa, era un tío extrovertido y cariñoso", comenta un compañero de trabajo y amigo de Chus Costales.

Para su entorno, el día de ayer permanecerá grabado para siempre. "Fue uno de los mayores chascos de mi vida, le recordaré siempre", expuso otro amigo de la pandilla de Luanco. "Siempre fue un buen chaval pese a que en los últimos años le había perdido el rastro", añadió un excompañero del colegio.

Chus Costales García era un hombre alegre y un apasionado del fútbol. Le encantaba hablar del deporte rey y más aún si se trataba del Fútbol Club Barcelona y del Sporting de Gijón. Otra de sus aficiones era la montaña: hacer una caminata por Sotres, en plena montaña del concejo de Cabrales, siempre le atraía. Es más, tenía pendiente una visita próximamente. Además, era un hombre muy familiar. "Siempre se volcaba con sus padres y sus sobrinos", comentan desde su entorno más cercano. Tenía casa propia en Luanco, sin embargo "hacía vida" en la casería que sus padres tienen en La Mazorra, en Moniello.

La sonrisa de Costales era casi perpetua, pese a que hace unos años perdió a su pareja. Nada le impedía seguir disfrutando de la vida. Con su perro, "Stuart", de raza pastor alemán, "era feliz", dicen. "Tenía 44 años pero con su sonrisa aparentaba más joven", comentan sus amistades, aún consternadas por su pérdida. Hay quienes todavía no dan crédito al accidente laboral que provocó su fallecimiento de camino al Hospital San Agustín. "Era muy profesional en el trabajo", recalcaron sus compañeros sobre un hombre al que no se le caían los anillos por trabajar. El funeral será hoy, a las 13.00 horas, en la iglesia de Luanco y, a continuación, se procederá a su inhumación en el cementerio de Santana.

Sindicatos

SindicatosLas centrales sindicales de Comisiones Obreras y UGT emitieron un comunicado conjunto para lamentar el fallecimiento del empleado de Windar. Ambos sindicatos detallaron que pese a la imposibilidad de concentrarse a cuenta de la crisis sanitaria, querían trasladar su "pesar e impotencia por el fallecimiento en accidente de un trabajador mientras realizaba labores propias de su puesto, en su centro de trabajo". En lo que llevamos de año, recuerdan, se han producido al menos siete accidentes mortales en nuestra región, algo que califican de "inexplicable", que en pleno siglo XXI los trabajadores "sigan dejándose la vida en el puesto de trabajo por el simple hecho de intentar ganársela". Y añaden: "Los accidentes laborales son evitables con las medidas adecuadas y suficientes y muy particularmente con la toma de conciencia de la sociedad en su conjunto", remataron desde las centrales sindicales en su comunicado conjunto.

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