Mónica Paíno lleva el pescado fresco hasta la puerta de casa a vecinos de Soto del Barco, Muros de Nalón, Pravia y otros concejos limítrofes. La iniciativa surgió en los primeros días del confinamiento y ahora los vecinos se han acostumbrado a comer pescado fresco de la rula de Avilés y esperan seguir así durante las sucesivas fases de desescalada. Mónica Paíno y su familia gestionan el restaurante El Pescador de La Arena. El estado de alarma obligó a cerrar el establecimiento, que además cuenta con vivero de marisco y angula.
"Los primeros días del confinamiento, la familia y los amigos me empezaron a pedir pescado; además, como compro en la rula me pedían que se lo trajera de allí. La cosa empezó así y ahora cuento con casi 200 personas a las que les llevo pescado fresco. Tengo clientes de los concejos de Soto del Barco, Pravia, Muros de Nalón y también de Avilés o Castrillón", explica Mónica Paíno.
"Tengo clientes muy diversos, hay mucha gente mayor que no puede salir y les llevamos el pescado cuando nos lo piden. En toda la zona no existe una pescadería, sólo las que hay en los supermercados. Empezamos con la familia y los amigos como una forma de entretenernos durante el confinamiento. Mi hija coge los pedidos por teléfono o internet y mi marido y yo repartimos. Además de comprar en la rula y de nuestro vivero también contamos con los proveedores que tenemos para el restaurante", explica Paíno.
"La gente está muy contenta, no hay límite de compra. El pescado se reparte casi todos los días, cuando nos lo piden y ajustamos el precio. Llevamos a las casas desde bocarte hasta besugo o marisco, lo que nos pidan", Mónica Paíno busca una solución para cuando la desescalada le permita abrir al público el restaurante y los viveros. "No puedo desatender el restaurante y los viveros, pero tampoco quiero dejar a los vecinos que confiaron estos meses en mí sin pescado; buscaré una solución", dice.
