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"La solución es intervenir; el Gobierno no debe marear", dice el comité de Alu Ibérica

Los nuevos gestores de las plantas alumineras han dejado de pagar varias facturas de proveedores de servicios de mantenimiento

El presidente Adrián Barbón ve viable "la intervención pública" en las instalaciones que la empresa Alu Ibérica tiene en San Balandrán y La Coruña. Y de esa misma opinión es el comité de empresa avilesino. "Hace tiempo que sabemos que la única posibilidad que tenemos es la nacionalización. Lo tenemos claro. Quien no parece tenerlo claro es el Gobierno regional. Debe dejar de marearnos: sí, la solución es intervenir", apuntó ayer José Manuel Gómez de la Uz, el presidente del órgano de representación de los trabajadores alumineros en Asturias. Y todo esto lo dice porque Barbón no rechazó la nacionalización (la llamó "intervención pública") durante una entrevista radiofónica el viernes, pero tampoco ayer, en la rueda de prensa que dio en Ribadesella. Ahí aclaró: "Asturias no tiene capacidad económica para hacer la intervención pública". Esto es, que si se hace, la apoyará.

El otro día (el miércoles), su consejero de Industria, Enrique Fernández, acusó a Podemos Asturias -que defiende la nacionalización, aunque sin explicar cómo- de proponer "planteamientos más efectistas que efectivos" y que por eso les reclamaba aclaraciones. Teniendo en cuenta que el jueves que viene puede saltar por los aires el contrato que celebraron Alcoa y Parter Capital (aquella acusa a este de incumplir los acuerdos y, en consecuencia, la propia multinacional ha decidido congelar el plazo que se había comprometido a abonar), la puesta en marcha de la intervención pública "corre prisa".

Lo que defienden los trabajadores es que la intervención sea utilizada para encontrar un inversor "serio y solvente" que ponga en marcha un plan industrial de verdad (Parter no presentó ninguno y Grupo Industrial Riesgo lo hizo de palabra y a través de uno de sus asesores metalúrgicos, el exdirector de Alcoa La Coruña, José Pulpeiro). Adrián Barbón señala al Ministerio de Industria. Y los ojos de los trabajadores avilesinos van al mismo sitio.

Nadie se cree Grupo Industrial Riesgo porque su relato está lleno de fallas. Quiere auditar a Parter Capital y a Alcoa porque dijo este viernes que ellos habían sido los últimos en llegar, esto es, los que menos culpa tienen. Lo que pasa es que cuando hace un mes se presentó a los trabajadores lo hicieron diciendo que sabían cómo estaba todo en las instalaciones y que esto era así porque llevaban desde septiembre analizándolo todo.

Esta falta de credibilidad del Grupo Industrial Riesgo es el hilo que une cada uno de sus días en Avilés. La empresa austríaca (de capital ruso) que iba a financiar la operación le ha retirado su confianza. Esto se suma a la decisión tomada por, al menos tres empresas auxiliares: los impagos de los servicios les conducen a no seguir realizándolos. O sea, que estas empresas no quieren trabajar para el inglés. Una de las que lo tiene más claro es la encargada de la reparación de uno de los hornos de fusión. Otra explota el contrato de limpieza industrial.

La situación generada por la llegada de Riesgo y la marcha súbita de Parter está enmoheciendo el futuro de 284 familias avilesinas.

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