La dirección del Grupo Industrial Riesgo, que hace un mes se hizo con Alu Ibérica en sus distintas personificaciones jurídicas, amenaza ahora con cerrar la fábrica de La Coruña si el comité de empresa de la fábrica gallega mantiene sus movilizaciones en favor de una gestión transparente, precisamente, de las propias plantas alumineras que adquirió el pasado abril la singular corporación cuya cabeza visible es David Domenech (ayer hubo una marcha en vehículos por las calles de La Coruña). El órgano de representación de los trabajadores avilesino no ha promovido ninguna movilización por el momento.
La amenaza de cierre se materializó a través de una nota de prensa. Se da la circunstancia de que ayer jueves era el día que la multinacional Alcoa había puesto como límite a Parter Capital Group para que este fondo que dirige el suizo Rüdiger Terhost manifestase el cumplimiento de las condiciones incluidas en el contrato de compraventa de las plantas (Alcoa nunca ha aclarado cuáles son las que ha incumplido). Los norteamericanos se reunieron, también ayer, en Lugo, con el comité de empresa de Alcoa San Ciprián para comunicarles oficialmente el cierre de la fábrica de aluminio de la comarca de La Mariña lucense.
"Los gestores animan al comité de empresa de La Coruña a seguir los pasos del de Avilés, que actualmente están ayudando y trabajando en la implementación del proyecto con el objetivo de garantizar el futuro de las plantas y del empleo". Esto se puede leer en el comunicado de prensa, que se apostilla con la amenaza nada velada: "De no ser así, alerta [la dirección] de que podrían asistir a una situación de cierre o reducción de plantilla similar a las producidas hoy en otras plantas industriales en Lugo o Barcelona". Riesgo apunta aquí a la fábrica de San Ciprián, en la Mariña lucense, o a la de Nissan de la capital catalana.
Otra amenaza, sin formalizar al cierre de esta edición, es la que se refiere a la descongelación del dinero que se había comprometido a pagar ayer la multinacional a su sucesor, el fondo "serio y solvente" Parter Capital, el que se hizo con la gestión de las dos fábricas (de Avilés y La Coruña) el pasado 1 de agosto y comenzó a venderlas en septiembre. Alcoa decidió depositar los 12 millones correspondientes a este período en una cuenta "escrow" (un fideicomiso que se disuelve en cuanto se cumplan las condiciones marcadas por una de las partes que lo establece). El motivo de activar esta cuenta está en una crisis abierta entre Alcoa y Parter. La primera acusa a los segundos de vender participaciones de la sociedad y los segundos mantienen su posición: consideran que podía vender porque nada de lo recogido en el contrato establecido entre las dos sociedades y que la multinacional pretendió en julio del año pasado que los trabajadores avalasen se oponía.
La importancia de este enchufe de dinero es que Parter se había ido moviendo en el día a día en San Balandrán y en Galicia gracias a él, es decir, que ha pagado a proveedores con ello así como también ha abonado nóminas gracias a contar con este dinero. Los trabajadores de Avilés ayer no habían cobrado la primera nómina de la era del Grupo Industrial Riesgo (el convenio laboral de la empresa dice que tiene que haber un ingreso el día 28 de cada mes). Se da la circunstancia, sin embargo, de que los de La Coruña, según el presidente de su comité de empresa, sí que lo habían hecho. Y eso que "la compañía lamenta que el comité de La Coruña no reconozca el esfuerzo y la inversión realizada desde su entrada hace mes y medio".
Grupo Riesgo lleva toda la semana sacando "irregularidades" del anterior gestor de las fábricas cuya compra comenzó a negociar en septiembre. Respecto al impago de la nómina en Avilés, señalaron que "no tienen nada que decir".
