La firma Castrum Arqueología y Gestión Cultural, que dirige el arqueólogo Alejandro García, es la encargada de realizar el estudio de la muralla de Avilés, suspendido a cuenta de la pandemia. El equipo retomará su actividad en las próximas semanas con el trabajo de campo y también con la consulta de documentación a la que no podía tener acceso durante los primeros meses del estado de alarma. El trabajo de campo se centrará en dos excavaciones arqueológicas, presumiblemente en solares de la calle Las Alas, con catas de cinco metros cuadrados cada una.
La intención de los especialistas es extraer materiales de esas excavaciones con el fin de datar el origen de la muralla avilesina, ya que actualmente solo trabajan con hipótesis, y utilizar para ello la prueba del carbono-14. "El origen de la muralla es desconocido, todos tenemos en la mente el trazado que dibujó Justo Ureña, un referente sin duda. Pero, teniendo en cuenta que las murallas no suelen ser elementos estáticos sino dinámicos, ¿esa muralla del siglo XIII es definitiva o hay una muralla del siglo XI más primitiva? Es posible que el primer perímetro fuera más pequeño y se fue ampliando hacia La Ferrería, la antigua carretera a Oviedo. Por ahora, son todo hipótesis, no hay evidencias seguras", señala García.
El arqueólogo no desdeña la idea de que la muralla de Avilés esté vinculada con el fuero, es decir, que puede datar del siglo XI. "Hicimos una excavación en la calle San Bernardo, número 5, donde estuvo la sidrería Moisés, y lo más interesante es que recuperamos carbones; los datamos con carbono-14 y nos dio fecha del siglo XI, algo que nos encaja bastante bien con el fuero concedido por Alfonso VI para promocionar y desarrollar el comercio, lo cual podría haber aconsejado construir una muralla para proteger la villa de los ataques por mar", defiende el arqueólogo, que apunta además que "la zona nordeste, donde se pretende actuar en las próximas semanas, está más virgen desde el punto de vista arqueológico".
Según García, ese tramo de muralla "es una zona muy interesante". "En el área de patios interiores de Las Alas tenemos más dudas, hablo en general, dado que no hubo excavaciones que identificaran el trazado de la muralla. Hay dos posibilidades: que sea más exterior o más interna. Con esa documentación, tratamos de identificar los sitios más interesante para excavar. En cuanto lo tengamos definido, visitaremos los solares", explicó García, para referirse a la zona que abarca la calle del Muelle, su entronque con La Muralla y Las Alas. "Es una zona de las más antiguas del emplazamiento de la ciudad y donde podemos localizar restos interesantes", añade.
García defiende que el fin último de su estudio es la recreación de la muralla. "Lo que se persigue es recuperar una muralla muy maltratada a lo largo de los siglos XIX y XX, que se arrasó y tapó. Hoy en día, afortunadamente, las cosas han cambiado, la sociedad está más sensibilizada con el patrimonio y se están recuperando las murallas en varias ciudades españolas. Recuperar ese elemento patrimonial se debe a una dignidad histórica, tratar esos vestigios del pasado y respetarlos y más tarde, hacerlos visitables, darlos a conocer a los avilesinos y convertirlos en un elemento de interés turístico y cultural de primera categoría", remarca el especialista.
Antes de usar el pico y la pala en las excavaciones, el equipo de García sigue consultando los archivos y recurriendo a fuentes documentales. "La documentación escrita da las pistas, el cebo. La información suele ser muy parca. Por eso es fundamental, analizar y vincular esos documentos con la excavación arqueológica", explica García, que en su labor de documentación cuenta con cartografías, fotografías aéreas, estudios históricos y arqueológicos y una serie de hipótesis que ayudan en la investigación que dará pie a la recuperación de una pieza fundamental de la historia de Avilés.
