El bajo perfil de la reunión que ayer convocó el Ministerio de Industria para analizar con los actores implicados los últimos acontecimientos ocurridos en las fábricas de aluminio de Avilés y La Coruña que Alcoa vendió a Parter, y este fondo inversor al Grupo Industrial Riesgo, ha detonado una bomba sindical. CC OO, UGT y USO anuncian la reprobación del Ministerio de Industria por su "dejación de funciones" en la tutela del proceso de venta de las antiguas fábricas de Alcoa -que cambiaron de dueño con la condición de que el nuevo propietario trabajase para reflotarlas- y recriminan a la ministra Reyes Maroto y a su "segundo" en el Ministerio, el secretario general de Industria, Raúl Blanco, que prefieran "esconderse" a dar explicaciones y tomar medidas para evitar un "Alumocho" (la presunta estafa que podría haber detrás de la venta de las plantas).

El enfado de los dirigentes sindicales se extendió a los responsables autonómicos de Industria de Asturias y Galicia, que ayer no ahorraron críticas al aparente conformismo y pasividad que muestra el Ministerio de Industria ante la deriva destructivas que llevan dos fábricas que dan empleo a 700 trabajadores.

La espoleta que sacó a las organizaciones sindicales de sus casillas fue la celebración, ayer, de una reunión telemática de la comisión técnica de seguimiento de la venta de las antiguas fábricas de Alcoa a la que no acudieron representantes ninguna de las tres empresas interesadas en el proceso (la propia Alcoa, Parter y Grupo Riesgo); tampoco estuvo la Ministra, Reyes Maroto, ni quien suele sustituirla, Raúl Blanco. Por el Gobierno acudió el director general de Industria y Pymes, Galo Gutiérrez, un "número 3" en el escalafón ministerial.

Alcoa explicó a preguntas de este diario que no le corresponde asistir a la Mesa de Industria para el Mantenimiento de la Actividad en Avilés y La Coruña "porque ya no es la propietaria de esas plantas y cualquier asunto relacionado con la actividad de las mismas a partir de la fecha de venta es responsabilidad de sus propietarios actuales". La ausencia de Blanco se justificó por "motivos de agenda". Y en cuanto a Parter Capital y Grupo Industrial Riesgo, nadie supo explicar por qué no estaban presentes. Así las cosas, la reunión solo sirvió para cargar los cañones de la dialéctica sindical, que dispararon a discreción contra el Ministerio.

José Manuel Gómez de la Uz (CC OO), presidente del comité de la aluminera de Avilés, culpó a Industria de ser "cómplice de la estafa que va tomando cuerpo" a cuento de la venta y posterior reventa de las fábricas de Alcoa. Daniel Cuartas, de la sección sindical de la UGT, tildó la reunión de "pura cosmética" y aseguró haber sentido "vergüenza" por la dejadez del Ministerio de Industria. Ángel Marqués, de la USO, en línea con lo manifestado desde la federación de Industria de su sindicato, arremetió contra un Gobierno "cuya Ministra de Industria prefiere esconderse a dar la cara ante los trabajadores a los que prometió tutelar un proceso del que ahora se desentiende; nos sentimos burlados por quienes solo parecen tener interés en salir en la foto". El portavoz de la Asociación Profesional de Cuadro, José Antonio Jaquete, reseñó la "incompetencia" del Gobierno para frenar el declive de las antiguas fábricas de Alcoa y acusó de "cobardes" a quienes prefirieron "poner a un señor mayor (por Galo Gutiérrez) a aguantar el chaparrón en vez de cara la cara".

Ya de noche, Industria comunicó que Galo Gutiérrez se pondrá hoy en contacto con los presidentes de los comités de empresa de ambas plantas (Avilés y La Coruña) "para analizar la situación" y que el Ministerio "monitoriza los acontecimientos para que se cumplan las condiciones de la venta de las plantas, principalmente las relativas al mantenimiento del empleo hasta julio de 2021".