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Un falso dentista defiende ante el juez que hizo el trabajo correcto

El fiscal solicita dos años y medio de prisión para el comercial que colaboró con un odontólogo en una clínica de la ciudad

Intrusismo. Este es el supuesto delito por el que se sentó ayer en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal número 1 de la ciudad un comercial que, según recoge el escrito del Ministerio Fiscal, se hizo pasar por dentista y colocó implantes dentales sin tener la titulación adecuada con el respaldo, siempre según la fiscalía, de un odontólogo avilesino, también juzgado, que se lo permitió. El juicio, a puerta cerrada, continuará hoy. Según el abogado que defiende los intereses del comercial, Eloy Fernández, lo más relevante de la vista fue que los dentistas que prestaron declaración "fueron claros en que los trabajos dentales los realizaron ellos y correctamente".

El ministerio fiscal, que pide penas que suman cuatro años para los dos acusados, sostiene que en 2014, el comercial tenía entre sus funciones la de explicar a los dentistas cómo se usaban las herramientas necesarias para colocar los implantes dentales que la propia empresa fabricaba. El acusado no es médico especialista en estomatología ni licenciado en odontología, limitándose a ser un delegado comercial.

Pese a ello, continúa el relato, contactó por medio de un tercero, a quien ofreció la posibilidad de ponerle implantes dentales. Éste accedió, desconociendo que el comercial carecía de la cualificación necesaria para ello. Así, en marzo de 2014 fue intervenido en la clínica del segundo acusado en Avilés, que, según el escrito del ministerio fiscal, pese a tener todas las titulaciones necesarias para actuar se limitó a poner la anestesia, un punto que ayer supuestamente quedó en tela de juicio. Según la Fiscalía, aunque el dentista sabía que el otro acusado era un comercial "consintió y permitió que le colocara a un paciente 10 implantes previa extracción de piezas dentales". De esta forma, el comercial "fue quien llevó a cabo la intervención, haciendo así ante el dentista titulado una demostración de la colocación de implantes".

La intervención realizada por el vendedor fue realizada sin observancia de la "lex artis", de forma tal que le ocasionó al paciente las siguientes secuelas: pérdida de 5 piezas dentales que conllevan un perjuicio estético y funcional tanto en la alimentación como en la fonación y dificultad para la misma dado que no presenta ni arcada dental superior ni inferior.

El paciente requirió, siempre según la fiscalía, para su rehabilitación de varias cirugías para la implantación de hueso y colocación de una prótesis dental. Estos hechos no eran la primera vez que ocurrían, según el escrito de acusación del Ministerio Fiscal, que destacó que el vendedor llegó a utilizar una de las habitaciones de su vivienda en Gijón como clínica dental "y recibía a sus pacientes de bata blanca a fin de simular una profesionalidad que no ostentaba".

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