La liquidación de las facturas atrasadas a la clínica avilesina que vigila la salud laboral en la fábrica de aluminio de San Balandrán cierra, al menos de momento, la crisis abierta el pasado fin de semana cuando trascendió que los impagos de Alu Ibérica habían llevado a la empresa sanitaria a plantear la rescisión del contrato, lo cual habría dejado a la planta aluminera sin servicio de salud laboral, abocándola así a la paralización pues por sus características y cifra de plantilla la antigua planta de Alcoa está obligada a disponer de servicio médico de empresa propio o subcontratado.
Según ha podido saber este diario, responsables de Alu Ibérica contactaron ayer con la dirección de la clínica a la que se le debían las mensualidades de abril y mayo (los meses en los que la gestión ha dependido de Grupo Industrial Riesgo). Una vez acordado el pago que despeja la incertidumbre inmediata de la prestación del servicio de salud laboral (accidentes y enfermedades laborales), ambas partes quedaron en negociar los términos futuros de la prestación sanitaria.
Por otra parte, la nueva dirección de Alu Ibérica, en su compromiso de optimización y mejora continua de las plantas de Avilés y La Coruña, anunció el inicio ayer de un plan de formación para empleados, enfocándose en los del departamento de electrólisis (el que está sin actividad desde que Alcoa lo paró en 2019 por el alto coste de la electricidad). Además, en las próximas semanas darán comienzo nuevas formaciones y certificaciones para empleados en soldadura profesional: TIG, MAG y continua.
