El secretario general de Industria y Pyme, Raúl Blanco, presentó esta semana un plan a diez años con dos propuestas de viabilidad para la planta de aluminio primario de Alcoa de San Ciprián (Lugo), que la multinacional quiere cerrar como en su día propuso hacer con la de Avilés. Según explicó Blanco, la fórmula para mantener abierta la aluminera lucense pasa por un contrato bilateral (un acuerdo directo de venta de electricidad entre un productor de energía y un comprador) con varias fuentes energéticas (gas de alta eficiencia de 100/200 megawatios (MW), un parque eólico de 400 MW y un parque fotovoltaico de 800 MW) y la consecución de un precio de energía en un rango de 25 a 35 euros el MW/hora a partir de los instrumentos actualmente en curso y de la entrada de socios.

El secretario general de Industria aseguró que "hay gente dispuesta a entrar como socio energético o como socio industrial; si hay voluntad, hay solución, pero depende de la empresa. Si Alcoa no quiere, que venda la instalación y que deje paso a otros". Blanco también hizo especial hincapié, a modo de ejemplo, en el caso del acuerdo eléctrico firmado por Alcoa en Noruega (la compra de electricidad producida con tecnología eólica): "El acuerdo de Noruega es perfectamente reproducible en Lugo. No creo que construir un parque eólico sea más barato ni más competitivo en Noruega que en Galicia".

Estas palabras y este planteamiento de futuro de Raúl Blanco han resonado en los oídos de los sindicalistas de la fábrica de Avilés con especial eco porque les recuerdan que fueron ellos, precisamente, los que expusieron al Ministerio de Industria, cuando el año pasado se jugaba el futuro de la planta avilesina, que el "modelo noruego" bien podría ser aplicado en el norte de España. "Parece ser que han hurgado en la memoria y ahora presentan como idea suya una que parcialmente propusimos nosotros, aunque sin mucha fortuna", declaró ayer un miembro del comité de empresa de San Balandrán.