La alcaldesa de Avilés, Mariví Monteserín, no ha escatimado elogios para la figura de José Manuel Feito, párroco que pasó muchas décadas vinculado a Miranda y un erudito que siempre aportaba visiones humanísticas y centradas de la vida y los aconteceres. Feito, fallecido esta tarde, deja un poco huérfana a la ciudad que le acogió y a la que él se entregó.

Monteserín ha querido recordar a Feito con un texto cargado de emoción en el que recuerda la entrega, el compromiso y la solidaridad que desplegó en vida. Las que siguen son las palabras de Monteserín hacia el párroco fallecido:

"No es fácil afrontar la perdida de una persona que, sin ser avilesino de nacimiento, por sus actos, su compromiso y su entrega con esta ciudad, se convirtió en un avilesino ejemplar.

José Manuel Feito se ganó la querencia de una ciudad en la que creyó desde el primer momento que fue destinado a Avilés, comprometiéndose con la historia y la realidad diaria de Avilés, y ganándose desde el primer día el afecto, tanto de sus feligreses como de todos los avilesinos y avilesinas, con independencia de sus creencias, por su destacado grado de implicación en todos los aspectos de la vida social y económica de nuestra ciudad.

Una de las primeras visitas que recibían las personas que decidían emprender un nuevo proyecto de vida en Miranda era la de José Manuel Feito. Acudía para preocuparse por su situación personal y familiar y poniendo su iglesia a su servicio, sin preguntar por sus creencias ni por ninguna otra circunstancia o consideración personal. Para él lo importante siempre era la persona.

Feito se convirtió en una referencia en favor de la unidad y cohesión de sus vecinos, y por ello adquirió la condición de líder vecinal, posicionándose siempre en favor de la justicia social y la protección de los más débiles. Esta actitud le llevó a ganarse el cariño y admiración de sus vecinos y vecinas. La mayor prueba fue la movilización de Miranda para que, una vez finalizada sus labores de sacerdocio, le permitieran mantenerse en la parroquia realizando tareas auxiliares en la propia iglesia de Miranda.

Feito no sólo fue un vecino ejemplar, además destacó por su disposición a colaborar en todo aquello que contribuyera al progreso de Avilés y de Miranda. Asumió la condición de referencia cultural, siendo fundamental su contribución de liderazgo en el reconocimiento de Miranda como referente de la cerámica negra dentro de la alfarería negra del norte de España. Destacan sus importantes monografías sobre la cerámica asturiana, que le convirtió en referente de importantes etnólogos y obteniendo destacados reconocimientos.

Con José Manuel Feito se nos ha ido un avilesino que mantuvo una incondicional querencia hacia esta ciudad sin haber nacido en ella, convirtiéndose en uno de los nombres que pasarán, para siempre, a la historia de Avilés".