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Aplausos y una madreselva para Feito

"Van a necesitar muchos para que venga uno como tú", proclamó uno de los sobrinos del sacerdote

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Funeral de José Manuel Feito, párroco de Miranda

Antes de los aplausos que acompañaron a los sacerdotes que cargaron con los restos mortales de José Manuel Feito, el cura "para siempre" del pueblo de Miranda, el coro cantó: "Vengo de la sierra donde yo nací, / cruzando los campos llego a la ciudad / y este regalo traigo para ti: / una madreselva que cogí al pasar", los primeros cuatro versos de uno de los temas que interpretaron a la manera del Bob Dylan más folk el grupo "Madreselva", una de las formaciones musicales pioneras en su estilo en el Principado, un grupo que dirigió, formó y llenó el sacerdote al que ayer a media tarde despidieron más de treinta sacerdotes: "Hermanos presbíteros", como repitió varias veces el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, que presidió un oficio que comenzó con las campanas doblando a difuntos. "Van a necesitar muchos para que venga uno que se parezca a ti", cerró José Manuel Gómez Feito, uno de los tres sobrinos del cura muerto. Los tres, e Inés Feito, la hermana, fueron los familiares que recibieron el pésame del pueblo entero de Miranda, de todo Avilés y toda Asturias.

Las palabras de Gómez Feito (es autor de "Memoria de Somiedo y otros olvidos", editado por Impronta) acongojaron a los feligreses que llenaron y escondieron su tristeza bajo mascarillas y silencio. Gómez Feito le dijo a su tío -y todo el templo lo escuchó sobrecogido-: "Hay que apagar la luz para ver cómo brillan las estrellas", señaló al comienzo de su carta al familiar perdido. "Vivir ahora será echarte de menos".

La parroquia dispuso una televisión en la campa de la iglesia para que los que no pudieran entrar, pudieran escuchar las palabras que pronunciaron tanto el Arzobispo, como sor María Jesús Felipe y sor Nuria Fernández, que fue la que se encargó de leer algunos poemas que José Manuel Feito coleccionó bajo el título de "Silencio íntimo".

Sobre esto, sobre el silencio, hiló Jesús Sanz su homilía: "Dios hizo las cosas diciéndolas", apuntó el Arzobispo. Más tarde, en la sacristía, resumió: "Se ha muerto un buen cura, de palabra bella, que nos ayudó en el camino del bien". La iglesia de San Juan de Ávila acogerá sus restos. "Donde él quiso", resumió Gómez Feito.

El cura somedano descansará en la iglesia de San Juan de Ávila

Los últimos días de José Manuel Feito en el mundo fueron "de mucho dolor", contó su sobrino José Manuel Gómez al término del funeral que concelebraron 32 curas bajo la batuta del Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz. La pena de la familia convivió con las penas condensadas en los rostros de sus "hermanos sacerdotes" que le acompañaron en su última celebración: la de la despedida. "La vida no es más que un viaje que tiene su destino en el corazón de Dios, por eso los cristianos no creemos en la vida larga, si no en la vida eterna", explicó Jesús Sanz. "Queremos que esta sea una celebración de acción de gracias por el servicio desinteresado y la dedicación de don José Manuel al pueblo de Miranda, su entrega a la cultura, a la libertad y a la esperanza de este pueblo", insistió sor María Jesús Felipe, del colegio Luisa de Marillac, una monja que estuvo hasta el último minuto al lado de Feito, cuando cada minuto era una losa sin remisión.

Feito coleccionaba afectos y los que hubo a media tarde de ayer no cupieron en el templo que remontó desde su llegada a Miranda en 1964 (había sido misacantano en la Exposición Universal de Bruselas, la del Atomium, en 1958, y poco después, cura en Los Cabos, en Pravia, donde el colegio de huérfanas de la Guardia Civil). Desde entonces "su corazón se quedó en Miranda", había explicado Francisco Panizo, su heredero en la presidencia de la comunidad cristiana de Miranda. "Nos dijo que quería quedarse aquí. Y aquí se quedará. Le van a incinerar en Oviedo. Habrá luego una misa en Pola de Somiedo. Sus restos descansarán para siempre en la cripta de la iglesia de San Juan de Ávila, en el Quirinal. Había comprado un columbario allí", contó Gómez Feito.

El último adiós

El joven pintor Samuel Armas es del Alfaraz, uno de los barrios de Miranda, la parroquia "para siempre" de Feito. "Cuando me enteré de que estaba tan mal, cogí el grafito y le hice un retrato. Toda mi vida, claro, ha estado señalada por su presencia", recalcó el pintor. En esta misma página se reproduce el retrato que sale, según reconoció Armas, "de una foto de LA NUEVA ESPAÑA".

"Nunca conoció la palabra imposible; visitando casa por casa descubrió las dificultades del pueblo, sin distinción de personas", apuntó en su lectura la monja María Jesús Felipe. Esto fue lo que también recordó el catedrático de Historia Francisco Javier Fernández Conde. "La pérdida de Feito es grande para la Iglesia, pero también para la cultura asturiana", destacó el también sacerdote (no pudo concelebrar el funeral de Feito porque tenía otro en Candamo, que es donde oficia el especialista en historia medieval, que destacó su labor como poeta. Algo de lo que hubo prueba destacada durante la celebración del oficio.

Jesús Sanz, en su homilía, contó que conoció a Feito a su llegada a Asturias, es decir, hace una década: "Eran mis primeros lances como Arzobispo". Contó también que fue fácil establecer reunión con el párroco -en realidad era ecónomo, nunca, en el medio siglo que ocupó la plaza mirandina salió la plaza de párroco a oposición, que era la manera en que antes se podía ocupar esta responsabilidad, cuando la crisis de vocaciones no existía-: "Nos ataba a los dos el aprecio que teníamos a la buena poesía. Él podía contar las cosas con belleza y bondad", concluyó.

Y es que la relación de Feito con las lenguas, las jergas y las jerigonzas venía de lejos. El sacerdote de Miranda investigó la de los caldereros de esta localidad, el "bron", que según Feito contaba con varios centenares de términos que él mismo fue recogiendo palabra a palabra, en una actividad lenta a través de conversaciones con los pocos que iban quedando.

Decía que el "bron" se adaptaba perfectamente al lenguaje moderno "por disponer de mecanismos de expresión que, a través de metáforas, se encadenan perfectamente". José Manuel Feito relacionaba las metáforas que servían para crear las palabras del "bron" con las "kenningar" de las que hablaba Jorge Luis Borges en su "Memoria de la Eternidad". "Son unas metáforas muy especiales, llenas de juegos de palabras", desvelaba en una entrevista en LA NUEVA ESPAÑA en 1991. "Esta jerga traduce la idea, el sentimiento", explicaba. "Me atrevería a decir que manejan la filosofía del lenguaje. Para el 'bron' el aire es 'la coime del frache', la casa del frío", apuntaba de forma muy didáctica.

Con el paso de los tiempos, esta jerga, que se remonta al siglo XVII, fue adaptando su vocabulario. Y abundaba en este aspecto el cura con los siguientes ejemplos: "Los guardias son los 'cherifos', un anglicismo; el dinero es 'rublois' y el tocino se llama 'jalufo'", por influencia, según José Manuel Feito, del término árabe.

Pero esto de la lingüística de los oficios perdidos era sólo una de las partes de la tarta entera de saberes de un sabio, "como todos los sabios, más interesado en aprender que en dar lecciones", señaló ayer, en estas mismas páginas, el poeta y crítico literario José Luis García Martín, que también era amigo, contertulio y discutidor. Una de sus facetas más elocuentes fue la de la música. "Desde muy niño" , decía él. Contaba también que una vez amenizó las fiestas de Pola de Somiedo. "La gente esperaba bailar, pero el acordeonista estaba muy borracho, tanto que estaba durmiendo la mona. Cogí el acordeón y empecé a tocar", aseguraba. Por aquellos años él vestía con sotana. "Me escondí detrás de un tonel, no fuera a ser...", confesaba. Un cura en el baile, pero para llegar allí hubieron de pasar muchos años. Feito y la música discurrieron por vías paralelas desde que el tiempo fue tiempo. Por eso el tenor Jorge Rodríguez-Norton le dedicó ayer su versión del "Ave María" de Franz Schubert. Y por eso el coro terminó su "Madreselva": "El sol va a ponerse debo regresar, / te dejo un mensaje junto con la flor: / sonríe siempre y conseguirás / que no haya penas a tu alrededor".

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