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El año que Pete Seeger llegó a Miranda

El disco de Madreselva que sirvió para entender que todo podía ser diferente sin dejar de ser nuestro

El año que Pete Seeger llegó a Miranda

José Manuel Feito se reía de mi vehemencia cuando se lo contaba. Nuestra música, a finales de los sesenta era la de la radio que escuchaban nuestros mayores: mucho de copla, bastante Antonio Machín, algo de canción asturiana y, de vez en cuando, una pincelada de la música moderna del tiempo que el comentarista llamaba yeyé. Pero nosotros, los que teníamos tocadiscos, insistíamos una y otra vez en escuchar los pocos discos que comprábamos o que nos traían nuestros primos cuando venían de Madrid, Bélgica o México por el verano. Mucho Serrat, bastante Lynn Anderson y Shocking Blue, y algo de música italiana. Hasta el año en que llegó por casa Carlos Santana (oye, como va, mi ritmo), una canción de Pete Seeger que todos coreábamos (Guantanamera, guajira guantanamera) y la voz increíble de Janis Joplin que nos sobrecogió (busted flat in Baton Rouge, waitin' for a train).

La primera vez que entrevisté a José Manuel Feito fue a finales de los años 70 en un programa de Radio Asturias que se llamaba Nortiando. Un día tras otro programábamos un disco del grupo avilesino Madreselva y, por un comentario de Lorenzo Novo Mier, supimos que estaba detrás de aquel proyecto el cura de Miranda, que localizamos rápidamente gracias a las gestiones de la periodista Menchu del Valle que conocía a todo el mundo. Y, como no, del también periodista Javier Asenjo que se había atrevido a programar al grupo en Los 40 Principales (junto al atrevimiento de programar a otros asturianos, como Los Archiduques o Nuberu).

En aquella entrevista hablamos de Pete Seeger, Woody Guthrie y Leadbelly, los padres de otro tipo de música que tanto nos ayudaron a entender la nuestra. Y hablamos de Joaquín Díaz y de Ismael y la Banda del Mirlitón y de grupos como Nuevo Mester de Juglaría y Nuestro Pequeño Mundo. Y nos atrevíamos a programa Me and Bobby McGee. Y el disco de Madreselva, una y otra vez, nos sirvió para entender que todo podía ser diferente sin dejar de ser nuestro. Y, sobre todo, con José Manuel Feito dándonos el tono, nos animamos a cantar los romances de Delgadina, de Gerineldo o Que por mayo era por mayo, que él había recopilado en Somiedo, yo cantaba en la versión de Teberga, Xosé Antonio García lo hacía en la versión de Joaquín Díaz y Lorenzo Novo Mier conocía de las versiones de Flor Nueva de Romances Viejos.

Con los años, y siempre relacionado con la música, seguí conversando con José Manuel Feito en La Lámpara, de Cuencas Mineras Televisión, en Música Músiques, de RPA, y en Sones, Cantadera y De Romandela, de TPA. Siempre era alguien con muchas historias que contar y, sobre todo, alguien que podía hablar en primera persona de aquellos años en que la música era algo tan nuevo y tan grande que en el mismo tocadiscos escuchábamos el disco dedicado a Torner por Diamantina Rodríguez, el Mamy Blue de los Pop Top, las canciones de Cat Stevens antes de hacerse musulmán, la delicadeza de Credence Clearwater Revival, la grandeza de Led Zeppelin, la fuerza de The Who, todo lo de The Doors, Paranoid de Black Sabbath que nos volvió locos y En el lago de Triana, que cantamos una y mil veces hasta quedar roncos.

José Manuel Feito tuvo muchas vidas en ésta, además de la musical. Pero yo quería especialmente hablar de ésta porque siempre entendí que sin gente como él la música asturiana no sería lo mismo. Me lo confirmaron con los años los músicos de grupos tan emblemáticos de nuestro folk-rock como Juanjo, de Trasgu, Chus Pedro, de Nuberu, o Fernando Largo, de Beleño. Credence, Triana y Janis nos marcaron la vida, pero siempre supimos que las canciones de Madreselva era también nuestras, muy nuestras. Y que, detrás de ellas, estaban la sonrisa y la bonhomía de un cura de pueblo que nunca olvidó seguir siendo de pueblo y al que el mismo Dios entendió siempre hablando en bron, la jerga de los xagós de Miranda, y en asturianu, la lengua de los hombres libres de su tierra.

Nuestra música no sería la misma sin gente como Pete Seeger o José Manuel Feito, y en el cielo que existe para la gente que cree en él estarán ahora mismo cantando juntos This land is your land y Tengo de subir al puertu.

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